"Ateneu Santboià"
(Foto Segura)
Desde mis primeros años de la adolescencia, había soñado con dedicar mi vida profesional a la radiofusión. Me apasionaba el mundo de la comunicación y era un asíduo de los programas radiofónicos.
En Sant Boi de Llobregat, municipio de mi residencia, en aquella época ejercía de corresponsal para el matutino "Diario de Barcelona" y el vespertino "Tele/eXpres", de la capital catalana, y era colaborador de la revista local "Vida Samboyana". Con frecuencia era requerido para presentar alguna velada, "show", acontecimientos sociales, fiestas de fin de curso escolares, etc. También cuando organizábamos excursiones colectivas mi puesto era siempre el asiento del lado del conductor del autocar, y animaba con el "micro" el viaje, entrevistado a las personas que nos acompañaban, contando chistes o explicando episodios históricos del lugar o lugares que íbamos a visitar. El "micro" me atraía.
En junio de 1964 me matriculé en unos cursos de esta especialidad y al año siguiente acudí a una convocatoria de Radio Nacional de España en Barcelona, cuyos estudios estaban situados en una planta superior del emblemático edificio situado en el Paseo de Gracia, número 1 (junto a Plaza de Cataluña), de la Ciudad Condal.
Recuerdo que la prueba de selección fue muy completa, con una duración aproximada de cuatro horas. Terminé contento , porque consideré que la había realizado satisfactoriamente . El puesto a cubrir era para principiante de locutor. Un traje a mi medida, pensé yo.
Días después recibí una citación, para conocer el resultado. Acudí animado, pero tuve una gran decepción cuando el Sr. Luís Pruneda -- locutor, presentador y actor, que por aquel entonces era Jefe de Emisiones, y fue quien me examinó, me felicitó por la nota conseguida, pero me sugirió que ,durante un periodo entre cuatro y seis meses, me fuera por la parte de Valladolid, con la finalidad de adquirir el acento, puesto que se me notaba mucho el "deje" catalán.
Evidentemente que no entraba en mis planes irme a vivir casi medio año en Valladolid o sus proximidades, por lo que renuncié en el futuro a probar nuevos retos en el mundo de la radio, atendido que a la vista de lo acontecido, era condición "sine quanum" hablar con un perfecto acento la lengua de Cervantes, es decir, el español.
Pues a otra cosa, mariposa, como vulgarmente se dice.
(Foto Segura)
Desde mis primeros años de la adolescencia, había soñado con dedicar mi vida profesional a la radiofusión. Me apasionaba el mundo de la comunicación y era un asíduo de los programas radiofónicos.
En Sant Boi de Llobregat, municipio de mi residencia, en aquella época ejercía de corresponsal para el matutino "Diario de Barcelona" y el vespertino "Tele/eXpres", de la capital catalana, y era colaborador de la revista local "Vida Samboyana". Con frecuencia era requerido para presentar alguna velada, "show", acontecimientos sociales, fiestas de fin de curso escolares, etc. También cuando organizábamos excursiones colectivas mi puesto era siempre el asiento del lado del conductor del autocar, y animaba con el "micro" el viaje, entrevistado a las personas que nos acompañaban, contando chistes o explicando episodios históricos del lugar o lugares que íbamos a visitar. El "micro" me atraía.
En junio de 1964 me matriculé en unos cursos de esta especialidad y al año siguiente acudí a una convocatoria de Radio Nacional de España en Barcelona, cuyos estudios estaban situados en una planta superior del emblemático edificio situado en el Paseo de Gracia, número 1 (junto a Plaza de Cataluña), de la Ciudad Condal.
Recuerdo que la prueba de selección fue muy completa, con una duración aproximada de cuatro horas. Terminé contento , porque consideré que la había realizado satisfactoriamente . El puesto a cubrir era para principiante de locutor. Un traje a mi medida, pensé yo.
Días después recibí una citación, para conocer el resultado. Acudí animado, pero tuve una gran decepción cuando el Sr. Luís Pruneda -- locutor, presentador y actor, que por aquel entonces era Jefe de Emisiones, y fue quien me examinó, me felicitó por la nota conseguida, pero me sugirió que ,durante un periodo entre cuatro y seis meses, me fuera por la parte de Valladolid, con la finalidad de adquirir el acento, puesto que se me notaba mucho el "deje" catalán.
Evidentemente que no entraba en mis planes irme a vivir casi medio año en Valladolid o sus proximidades, por lo que renuncié en el futuro a probar nuevos retos en el mundo de la radio, atendido que a la vista de lo acontecido, era condición "sine quanum" hablar con un perfecto acento la lengua de Cervantes, es decir, el español.
Pues a otra cosa, mariposa, como vulgarmente se dice.
Una manera muy educada de decir..."catalanes,no, gracias"
ResponderEliminarDesgraciadamente ya sabemos que con el franquismo tenía que suprimirse todo aquello que pudiera relacionarse con el catalán, y no sólo en el acento, también en la cultura, en el idioma, en todo.
ResponderEliminarVaya toalla¡ Que lástima, no poder llegar a cumplir una meta excelente por culpa del prejuicio...Los radio-oyentes se perdieron una gran locutor...
ResponderEliminarSaludos y salud amigo...
No em puc imaginar pas aquet jove alt i prim sigui el propi Joan Vendrell.semblas el galan presentador dels anys en que tot era,prohibit menys se molt guapo i tenir don de gentes que encara en tens
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