Pedro Bas Párez
Pocos días antes de su fallecimiento, me comentó que, sin olvidar los importantes galardones que sus obras habían conseguido en distintos países de Europa, guardaba el mejor de los recuerdos con motivo de la felicitación recibida del Papa Pablo VI impresionado por su obra "El Cristo" ( Medidas 2000 x 1000 centímetros), y al preguntarle por el que más le había dolido, dijo tener que comunicarle, a Jacqueline Kennedy no poder atenderla en su encargo, de pintar un ratrato de su esposo John F. Kennedy, atendido que él era un artista pintor y no un mecánico de la pintura. Son algunos de los muchísimos recuerdos que guardo de este buen amigo, Pedro Bas
Tal y como había anunciado el pasado mes de mayo, ha llegado el momento de poner punto y final a mis publicaciones en los diferentes blogs que tengo en Internet. Y en esta última ocasión lo hago con un post totalmente distinto y diferente a los más de mil trescientos posts colgados hasta ahora en mis blogs, en esta última ocasión reproduciendo un escrito que, el que fue mi mejor amigo, el artista - pintor PEDRO BAS PEREZ (Cartagena, 15 de abril de 1926 - Sant Boi de Llobregat, 3 de agosto de 1990), me entregó, cuando postrado en cama en los últimos tiempos de su enfermedad, le impedían el ejercicio de su profesión artística. Este escrito es inédito hasta este momento. Y he pensando que, en mi última publicación en estos blogs, rendía un merecido homenaje en recuerdo de este gran artista, mejor persona y buen amigo: PEDRO BAS.
" A MI INSEPARABLE PALETA.
¡Qué hicistes de mi, que tu presencia tanto me cautivó!, tus sordas palabras me suenan en formas de tormenta de macabro silencio; dando metamorfosis a tu misterioso encanto; me quieres enseñar y yo quiero aprender... ¿de qué me sirve?, si tus lecciones son platónicas bellezas que forman en mi, un terrible desconcierto con esta transformación de quemadas arenas, a tu lado me siento importante, cobarde, agresivo, romántico, fuerte, ¿y soy tan poca cosa?. Cuando te miro, siento lujuria de angustiado deseo... mi temblorosa mano, acaricia tus senos sin formas, corriendo tu cuepo en este corto viaje, queriendo dar vida a un mundo de silencio, de muerte blanca, con trocitos de coloreados fragmentos, en un bello abrazo sin coito, y de un nacimiento, que me obligue a sufrir los dulces y terribles dolores de parto, tu eres madre, yo sólo un pobre mensajero viajando en misteriosa nube, que desconoce su destino, ignoro la salida sin entrada, y desconozco a enemigos ¿ si es que los tengo? le preguntaría que fué la causa que la originó; formando murallas de transparentes piedras; que origina en mi terrible desconcierto, no se si ataco o me defiendo en esta muralla de misterioso castillo, ¡ no !, no sé si estoy fuera o dentro, ¿ con pincel de pluma de pesado hierro, escribo en tranquila y transparente agua, este misterio ? en el blanco libro del lienzo sin hojas, sin principio y sin final, melodías de colores musicales que alegran y entristecen con sonidos de coloreado viento, transformando en vidas muertas galopes de enloquecidos corceles con cascos envueltos en delicada espuma, atrevesando el velo del arco iris, llenos de matizadas luces; soy frágil navío en un mar desenfrenado, recibiendo en sus armaduras, las caricias de desordenadas olas, rompiendo con su furia, el frágil calafateado casco, que sin defensa, se deja llevar al capricho del trágico elemento.
"Querida paleta", no importa la mano que arranque de tus senos tu coloreada sangre, al recorrido que hace, de tu escuálido cuerpo al espacio vacío, que impaciente espera, forme nueva vida, con este incierto viaje de tu oculta sabiduría, y tengas el orgullo de llenar con tus caricias este blanco y virgen lienzo, con tus mágicas manchas, yo soy tu cartero sin uniforme, llevo tu certificada carta sin sellos, como telegrama urgente a un mundo sin destino. Quiero correr en esta angustiosa carrera, y me siento inmóvil sin aliento, cansado antes de empezar, deseoso de llegar a desconocida meta, ¡ no ! no sé si existe premio de llegar primero, en esta maratón de espinosos obstáculos sin final de destino, son tantos los que no llegan quedando en silencioso olvido, sin recibir recompensa de su agotada carrera, sólo paletas de medios ocres, ¡ muertas ! sin pisar el sufrido camino, son llevadas en falsas carrozas en trono de oro muerto, en podio fabricado por culturas vacías de marchantes sedientos de artes de sangre muerta, qué importa como fueron paridos en equipaje repleto de nómadas formas en carrera sin principio ni final, en líneas de curvas rotas, quebradas sin sentido. Siento que llegue el día que mi cuerpo se transforme en invisible polvo, dejando sólo el dulce recuerdo de lo que tú me enseñastes, ¿ no podré contar pasado el tiempo si aprendí bien?, porque yo estaré muerto, y tu mi diosa "paleta" ¿ qué será de ti, cuando no recibas mis caricias?. Serás arrinconada... ¿ quien hará tu entierro? y lean los vientos el epitafio con letras coloreadas de tu propia sangre, y digan con orgullo, aquí yace la paleta madre de mi maestro, que sólo la muerte pudo separar este fuerte lazo sin nudo de nuestra corta vida; fue tan grande y fuerte nuestro amor que, tu y yo, " paleta mía" que sea el tiempo nuestro juez y firme nuestra sentencia.
Juntos dimos formas de coloreado amor sin pedir recompensa, si merecemos castigo de ser ignorados, ¡¡ qué nos importa !! que pisen nuestras tumbas, si tu y yo querida "paleta", estuvios en abrazo de coito de amor telepático de tu cuerpo frío; mi acelerado corazón calienta tu escuálida figura con los ríos de sangre en su loca carrera, dejando en el blanco lienzo la huella, y que el tiempo pueda leer en páginas sin letras, música de formas salidas que mi temblorosa mano lleva en recorrido y silencioso viaje, mudas voces, llenas de su propio eco, gritando ¡ no nos hace falta que nos acompañen a nuestro entierro!.
Dejemos que el tiempo haga y firme sentencia a nuestro creativo crimen que deja huellas de formas vivas, mientras tu y yo, "paleta" mía, estaremos olvidados y muertos.
Pedro Bas
1989 "
