Mossén Lluis Alonso i Cámara, que durante muchos años fue rector de la Parroquia de Sant Baldiri, de Sant Boi de Llobregat, y a partir de su jubilación, residente en la Llar Sant Josep, donde celebra habitualmente la Eucaristia, en el momento de invitar a los fieles asistentes a la Misa de Navidad del pasado año, a besar al Niño Jesús, una vez finalizada la Eucaristía. ( Foto: Pepita Zenón)
Imagen del Niño Jesús, comprada en su día por el Padre Benito Menni, y que actualmente se guarda en la Casa de los Hermanos de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, en Ciempozuelos (Madrid).
Estamos en Navidad, festividad en que se procede a la colocación de la imagen del Niño Jesús en el pesebre.
Este gesto no constituye una parte ritual de la Misa de Navidad, especialmente de la Misa del Gallo o de Nochebuena, puesto que es un gesto propio de la piedad popular que en cierto modo viene a enriquecer la celebración y la vivencia de los fieles asistentes a la celebración.
Consecuentemente existen varias modalidades para hacerlo, sin entorpecer el ritmo propio de la celebración o bien interrumpir partes rituales de la Misa.
A este respecto, el número 111 del Directorio para la Piedad Popular y la Liturgia de la Congregación para el Culto Divino, dice " ...al final de la celebración podrá tener lugar el beso a la imagen del Niño Jesús por parte de los fieles, y colocación de la misma en el nacimiento que se haya puesto en la iglesia o en un lugar cercano". Es decir, que una vez terminada la Misa, se da a besar la imagen del Niño Jesús, y luego es colocada en el pesebre.
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