Los espartanos de la antigua Grecia arrojaban, desde lo alto del monte Taigeto, a las personas que presentaban alguna discapacidad, al no querer que en su civilización hubieran personas diferentes.
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Existen registros de estudios de las diferencias físicas y mentales realizadas por Diógenes, Hipócrates y Galeno que estudiaron la epilepsia y la demencia, entre otras formas atípicas.
En las antiguas culturas primitivas se abandonaba y dejaba morir a los niños y niñas que presentaban alguna deformidad o discapacidad.
Los antiguos hebreos consideraban que los defectos físicos eran una marca del pecado, dando un tratamiento diferente a las personas con limitaciones, que podían participar en los asuntos religiosos, mientras que el judaismo, precursos del cristianismo, elevaron la calidad de la persona humana , haciendo posible que se convirtiera en deber la atención a las personas con discapacidad.
Constantino creó instituciones, los nosocomios, una especie de hospital donde se ofrecía techo, comida y ayuda espiritual a las personas con alguna discapacidad.
Los hebreos trataban bien a las personas con discapacidad, considerándolos como verdaderos hombres hechos a imagen y semejanza de Dios, y fue, con el advenimiento del cristianismo que se inició un movimiento de asistencia y consideración hacia las personas con muinusvalías, los marginados y los desprotegidos.
En Roma (Italia), se inició el ejercicio de la mendicidad como oficio, y donde nació la costumbre, tan extendida después, de aumentar deliberadamente las deformidades con la finalidad de ofrecer una mayor compasión para conseguir también, mayores las limosnas, generando un comercio de niños y niñas deformes o deformados voluntariamente con distintos tipos de inutilizaciones.
En años posteriores, se dieron numerosos casos de niños y niñas con discapacidades que permanecieron largos años recluídos en sus domicilios familiares con la finalidad de esconder su exitencia a los demás, la mayoría de ellos encerrados en jaulas o en espacios limitados en condiciones deplorables, que en algunos casos fueron descubiertos en edades avanzadas y muy deteriorados en todos los aspectos.
En la segunda mitad del siglo XX familiares de personas con discapacidad, con el apoyo de colectivos vinculados a la asistencia de estas personas y los propios afectados, con capacidades mentales suficientes, se unieron en una lucha para defender los derechos y la dignidad de las personas con discapacidad, exigiendo ser tomados en cuenta en la elaboración de las polítcas de inclusión.
En el año 1992 la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó, a través de la Resolución 62/127, el 3 de diciembre como "Día Internacional de las Personas con Discapacidad", con el objetivo de sensibilizar de los derechos y el bienestar de las personas con discapacidad a quienes conforman la sociedad a la que pertenecen.
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