miércoles, 4 de enero de 2017

FENÓMENOS PARANORMALES EN EL ANTIGUO SANATORIO MARÍTIMO ISLA DE LA PEDROSA, EN CANTABRIA.

 Vista general de la isla de  Pedrosa, al norte de Pontejos (Cantabria)
 El antiguo sanatorio marítimo, actualmente en estado ruinoso.(Foto: Luís A. López)

Ruinas del teatro del establecimiento.
 (Foto: Luís A. López)

En el norte de Pontejos, localidad del municipio de Marina de Cudeyo (Cantabria), y en el sur de la bahía de Santander, se encuentra la isla de  Pedrosa, llamada también "Isla de la Astilla". Es una de las islas más grandes de Cantabria, con una extensión de 1613 hectáreas, de las que 968 corresponden a la isla y las 645 restantes a tierra firme, estando unida en tierra por un puente que se construyó en el año 1966.

Las primeras noticias del sanatorio datan del año 1834, en que se solicitó el establecimiento de un lazareto en la isla de Pedrosa, para mantener en cuarentena a los tripulantes de los buques afectados por enfermedades tropicales. Empezó a funcionar en 1869 y con el paso del tiempo, en el año 1909  se transformó en Sanatorio Marítimo de carácter nacional, para el tratamiento de enfermedades óseas y tuberculosas, correspondiéndole las personas enfermas de las actuales provincias de Cantabria, Asturias, Palencia, Valladolid, Ávila, Segovia, Madrid, Burgos, Soria, La Rioja, Navarra, Álava, Guipúzcoa y Vizcaya, llegando a tener más de 600 camas en 1914, separadas en cuatro pabellones, uno para niños, otro para hombres, otro para mujeres y otro para enfermos terminales. Había en aquel lugar teatro, iglesia, balneario, la casa del médico y la casa de enfermeros.  Había sido inaugurado por la reina Victora Eugenia el 14 de agosto de 1920. Como hospital dejó de funcionar en 1989, y actualmente, varias de sus dependencias, fueron reformadas por el Gobierno de Cantabria,  para destinarlas a centro de rehabilitación de drogodependencias y otros usos.

FENÓMENOS PARANORMALES

Con fecha 9 de julio de 2011, "El Diario Montañés" publicó un  amplio  reportaje sobre los espíritus de  algunos fallecidos que permanecían en las ruínas de los pabellones que un día fueron hospital de tuberculosos. Los rumores empezaron cuando una joven autora americana, Anita Lauda, se acercó a la isla atraída por el misterioso velo  que la envolvía. Sintió vibraciones extrañas y decidió volver con los miembros de su equipo de investigación de sucesos paranormales. Se propusieron pasar allí toda la noche, pero pocas horas después del atardecer, uno de los compañeros de Lauda puso una canción de Police en el móvil, y sucedió algo realmente extraorinario y espectacular.  Todos los miembros del equipo vieron bajar, por las escaleras,  a un grupo de niñas acompañadas de una enfermera.

Este hecho provocó  la curiosidad de la gente, y algunos se atrevieron a pasar la noche allí para verificarlo.

Otro equipo de investigación llegó a isla Pedrosa provistos de micrófonos, cámaras y esquipos altamente especializados. Vieron destellos, oyeron golpes, pero lo más importante fueron las psicofonías que el micrófono grabó. 

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