Una habitual triste imagen en las vías del tren
El último atropello mortal ocurrido recientemente en la Garriga, en que perdió la vida un joven de 17 años.
Aproximadamente, cada semana, fallecen en Catalunya una media de entre una a dos personas de forma voluntaria, en las vías del tren. A ello hay que añadir las que ponen fin a su existencia arrojándose a las vías en las estaciones de los ferrocarriles metropolitanos (metros), a los que se lanzan al vacío desde lo alto de un inmueble, así como otros de los muchos procedimientos utilizados para poner fin a sus vidas.
En 2015, 495 personas se suicidaron aprovechando el paso a gran velocidad de los ferrocarriles. Al margen de los dramas que estos casos suponen para la familia y el entorno más próximo de la víctima, no debe olvidarse que los que también sufren las consecuencias de estas muertes, son los maquinistas de los trenes implicados, que, después de presenciar, sin poderlo evitar, como una persona decide poner fin a su vida lanzándose a las vías, han de realizar la difícil y desagradable tarea de comprobar el estado en que ha quedado la víctima, y después esperar la llegada de los equipos de emergencia, agentes de la policía, mossos d'esquadra, juez para ordenar el levantamiento del cadáver, y teniéndose que someter a un interrogatorio para conocer con exactitud lo ocurrido, y complementariamente someterse a una prueba de alcoholismo.
Según las estadísticas, casi un 80 por ciento de los maquinistas que atropellan a alguna persona, manifiestan que el motivo principal es el suicidio. Estas situaciones, a pesar de que no es de su responsbailidad, les queda marcada en sus mentes y les es muy difícil de olvidar.
Actualmente, las muertes por suicidio, ya duplican las habidas por accidentes de tránsito. Desde la Organización de las Naciones Unidas se reclaman políticas de prevención, y los psiquiatras insisten en que el suicidio ha de dejar de ser un tema tabú, y que quienes tengan estas intenciones, no se escondan, que lo hablen con sus médicos, porque las personas que tienen ideas de suicidio, ignoran muchas veces que si van al hospital, podrán ayudarles. Mucha gente lo ignora, y esto hay que compartirlo y divulgarlo, para que se tenga conocimiento de ello.
Las difíciles circunstancias socio-económicas que nos toca vivir desde hace unos años, ha propiciado que la desesperación, la falta de recursos, el desalojo de sus viviendas y carecer de medios para atender las necesidades básicas del entorno familiar, ha conllevado a enfermar a algunas personas hasta el punto de que no han encontrado otra salida a sus graves problemas, que el suicidio, puesto que cuando se llega a esta situación, es porque la persona no encuentra otra salida para poner fin al terrible sufrimineto emocional interno que le invade.
Ciertamente nadie desea morir, y los que mueren por suicidio tampoco, si hubieran encontrado otra salida en su mente a su sufrimiento.
El suicidio ha existido siempre, aunque naturalmente, en cifras muy distantes de los casos en que hoy en día se están produciendo.
ResponderEliminarYo recuerdo que allá en los años de mi infancia, las personas de Sant Boi de Llobregat que decidían poner fin a sus días, se colgaban con una soga al cuello de los algarrobos del exterior del Cementario Municipal, cuando aquellos terrenos eran unos despoblados lejanos del núcleo urbano. Quien más quien menos hemos conocido a personas que en su día decidieron poner fin a sus vidas a través del suicidio.