lunes, 22 de mayo de 2017

LA MAGIA Y LA LEYENDA DEL BOSQUE DE ORRIUS, EN LA PROVINCIA DE BARCELONA.

Detalle del rostro de la figura de un Moai.
 
La figura de un moai, más pequeño que los de la isla de Pasqua.

 
Elefante 

 
Dolmen 

 
Pedra Foradada.

 
Plano de situación.


Orrius es un pequeño municipio de la serralada litoral, en la provincia de Barcelona, entre las poblaciones de Cabrils, Vilassar de Dalt, Argentona y la comarca del Vallés Oriental, a 9 kilómetros de Mataró, capital de la comarca a la que pertenece.

Los primeros vestigios humanos datan del tercer milenio aC., habiéndose encontrado  herramientas neolíticas -- hachas y puntas de flecha -- entre otros, y de este periodo data el menhir de Can Amat  y el dolmen de ca la Mort.

La primera vez que se encuntra documentado el municipio es en el año 974, en que aparece como Orreos. En el año 2010 tenía un censo de 654 habitantes.

EL BOSQUE

El bosque de Orrius es un lugar mágico y misterioso, plagado de simbolismos, donde la Naturaleza y sus enigmáticas piedras han animado a muchas personas a adentrarse en la frondosidad de sus árboles para desentrañar los misterios que esconde, atendido que para la mayoría  de ellos está lleno de leyendas y para otros, también de espíritus. Sus laberintos subterráneos, sus cuevas, las extrañas formaciones y rocas, le han provisto del velo de lo enigmático, y a fecha de hoy, sigue sin saberse a ciencia cierta los motivos que llevaron a sus autores a tallarlas en lo más profundo de su arboleda.

El secreto de este bosque se guarda en su interior, donde se encuentran extrañas  rocas cinceladas que, por su forma, se asemejan a diferentes personajes, pero de las que sin embargo se desconoce su significado o su intención.

Aunque existen  a lo largo de la geografia hispana mayor cantidad incluso de rocas peculiares, lo cierto es que, en Orrius destaca por la calidad, por la naturaleza del lugar y por la incógnita que representan.

Las más conocidas son son tres figuras que se levantan imponentes, enormes en sus dimensiones, desafiando al tiempo y a la historia, como son la figura de un Moai, el rostro humano y el elefante.

Las primeras dos figuras se encuentran talladas en una misma masa rocosa. Por un lado, un Moai, propio y exclusivo de la isla de Pascua, majestuoso y exquisito en su talla, mirando al infinito con sus tradicionales ojos vacíos de expresión. En su anverso, la figura de un hombre, un indígena americano, se recorta en la granítica piedra, dando las dos caras de una misma moneda.

Se desconoce su significado, pero ha sido asociado  a la mitololgía de influencia indoeuropea, al Dios Janus, que en la llamada "puerta del año o de los meses" corresponde el primer mes o Enero. Este era el dios de las puertas, del arriba y abajo y el exterior, del pasado y el futuro, por lo que podría entenderse que posiblemente esta piedra tuviera una finalidad iniciática o esotérica. Si bien su antigüedad está datada en tiempos actuales -- siglo XX -- su origen y autoría todavía resultan un enigma no desvelado.

Otras interesantes formaciones son los pequeños dólmenes escondidos entre las masas forestales, la roca del duende, la roca de la golondrina y la roca de las cruces, que la leyenda relaciona como el lugar  donde Perot Rocaguinarda asaltaba a los desprevenidos por los caminos que enlazaban Girona y Barcelona. Esta roca, que se encuentra en la parte más profunda del bosque, está repleta de cruces grabadas, y que según la tradición corresponderían a cada una de las personas que dió muerte el famoso bandolero catalán.

Los dólmenes que salpican la parte frondosa de la arboleda indican que tuvo una actividad prehistórica en un lugar considerado sagrado, en que hubo un asentamiento neolítico, y con el paso del tiempo, sus moradores procedieron a horadar  las cuevas naturales ya existentes,  para convertirlas en lugar para ser habitados.

ESPÍRITUS Y OVNIS

Se dice que los misterios del Bosque de Orrius, no se limitan  exclusivamente en su exterior, entre sus árboles, atendido que existe  el otro bosque, el que conduce a lugares subterráneos, donde varios cazadores y vecinos del municipio, allá en los años 30 del siglo pasado, en el transcurso de sus batidas en el monte con los perros, se adentraron en el interior de la montaña y jamás  regresaron.

Existen los pasadizos donde aquellas personas se extraviaron, si bien actualmente no se puede acceder a ellos porque fueron dinamitados. El bosque y sus habitantes  también han sido testigos de otras manifestaciones, como la aparición de luces extrañas en el cielo , que atrajeron a grupos ufólicos para realizar sus investigaciones en tiempos pasados. 

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