martes, 16 de octubre de 2018

EL FUNICULAR DE SANT JOAN A MONTSERRAT, CUMPLE 100 AÑOS.




La figura del operario que subía a pie los 250 metros de desnivel que separan el monasterio de Montserrat  y la estación de Sant Joan, para poner en marcha el funicular, desapareció hace cincuenta años y actualmente, en su lugar, funciona un motor automático. Tampoco hay maquinistas a cada cabina del vehículo y sólo una persona se encarga de subir y bajar los miles de turistas y peregrinos que diariamete visitan el macizo montañoso más popular de Catalunya. Con todo, el funicular de Sant Joan  es, en esencia, el mismo transporte sencillo que se inauguró cien años atrás. "Conmemoramos los héroes que hace un siglo consiguieron conectar Montserrat con el resto del país, y que hicieron accesible un espacio con tanto significado para la historia de Catalunya", reivindicaba el pasado jueves el presidente de Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC), Ricard Font, en el transcurso del acto de celebración del centenario de funicular de Sant Joan.

"Si bien la creación del tren cremallera duplicó las cifras de peregrinaje, el funicular fue una revolución en la manera de conocer Montserrat", aseguró el historiador Joan Carles Salmeron. Maravillarse con la belleza del macizo, descubrir nuevos paisajes y conseguir la paz espiritual, eran algunas de las razones por las cuales centenares de peregrinos visitaban -- y visitan -- Montserrat. Con el cremallera, los fieles y los mismos monjes de la abadía podían reducir distancias con relación con la parte más alta de la montaña, pero más de la mitad del camino, tenían que cubrirlo a pìe. 

Como solución, en el año 1918 se inauguró el funicular de Sant Joan, con dos convoyes, que conectaban el monasterio con la ermita de Sant Joan, a mil metros de altitud. "Desde el primer momento, el funicular quiso cumplir con el anhelo de la gente de llegar a la montaña", dijo Salmeron, y a día de hoy lo sigue haciendo, como cien años atrás, de una manera más simple, de manera que el peso del vehículo  que baja, hace ascender el convoy que sube, y un motor ubicado a la estación superior controla el movimiento y la velocidad del cable. El vehículo permite a sesenta personas desplazarse por un terreno con una considerable pendiente.

 " Hace un siglo, el funicular de Sant Joan ya se construyó teniendo en mente  a los turistas, y fue el primero del Estado con esta finalidad", reivindicó Salmeron. 

Montserrat ha sido y es uno de los atractivos turísticos del país. El pasado año recibió más de 2,7 millones de visitantes, de los cuales, cerca de 340.000 utilizaron el funicular para llegar a lo alto de la montaña y contemplar las vistas desde el mirador de Sant Joan. Un paisaje excepcional que se puede contemplar desde el interior del mismo funicular, por la disposición de ventanas de vidrio a cada lado del convoy.

En el año 2015, Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya  renovó todas las cabinas del funicular para mejorar el desplazamiento de los visitantes, y aumentó la capacidad de transporte de las unidades de 48 plazas a 68. Desde que la Generalitat de Catalunya incluyó este transporte a la red de los Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya en los años noventa del siglo pasado, se han efectuado diversas remodelaciones. "Cada año aumentan las visitas, y por esta razón puede decirse que la Generalitat ha recuperado cada inversión que ha hecho en el transporte a Montserrat" , ha concluído el historiador.

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