lunes, 4 de abril de 2022

EL PISTOLERISMO, O CUANDO BARCELONA ERA UNA CIUDAD DE PÌSTOLEROS. (AÑOS 1917 - 1923)

 


Entre los años 1917 y 1923, se registró en Barcelona uno de los episodios más violentos, protagonizados por los sindicatos, por una parte y pistoleros pagados por la patronal, sectores corruptos de la policía y, después, del sindicato blanco llamado el Libre, por el otro lado.

La primera década del pasado siglo XX fue una época  de organización y consolidación  del movimiento obrero en Barcelona, y consecuentemente los sidicatos, especialmente la CNT, aumentó su influencia con la ampliación  de su base de afiliados, convirtiendo las huelgas en una constante, que permitía ir ganando derechos la clase trabajadora, y que estos, a su vez, entendieran la utilidad de formar parte del movimiento, registrándose, en aquella época, más de trescientas huelgas solamente en la ciudad de Barcelona.

Debido al auge del sindicalismo y los problemas que ello suponía para muchos empresarios, algunos de ellos empezaron a contratar pistoleros para amedrentar, primero a muchos obreros, y posteriormente, para matar a los más radicales. Paralelamente a ello, algunas ramas del sindicalismo se agruparon en bandas violentas llamadas grupos de acción, y posteriormente sustituyeron la defensa de sus compañeros agradidos por el ataque premeditado a empresrios, como a José Antonio Barret, que resultó muerto en un atentado.

Así las cosas, el número de muertos empezaron a aumentar, y la crispación y sed de venganza alimentaron el conflicto, al que pronto se sumó una policía tan mal pagada  que sucumbió a los sobornos, en detrimiento de las libertades y la seguridad de los obreros.

En el transcurso de estos seis años fallecieron, de media, ciento cincuenta personas de un balazo por las aceras de Barcelona, en que los tiroteos eran una escena habitual en las calles de la Ciudad Condal, siendo asesinados cenetistas como Evelio Boal o Salvador Seguí, conocido como El Noi del Sucre, así como personalidades como el comisario  Manuel Bravo Portillo, Francisco Maestre o el presidente Eduardo Dato. 

El gobernador Severiano Martínez Anido aplicó arbitrariamente la Ley de Fugas, y con este pretexto la policía simulaba huídas de obreros para, de esta manera, poderles ejecutar sin juicio y sin pruebas.

EL FINAL DEL PISTOLERISMO

El pistolerismo terminó reprimido violentamente tras el golpe de Estado de Primo de Rivera, que como Capitán General de Catalunya durante parte de los años 1922 y 1923, tomó por la fuerza el poder del Estado por varias razones, entre ellas el contexto barcelonés, una ciudad ingobernable que no se amedrentaba por nada ni por nadie.

                    

                

2 comentarios:

  1. Ahora no se usan balas, pero se sigue matando de otra forma a la gente obrera. las balas de antes, ahora son el ahogo económico, e intento de recortar los derechos que tanta sangre costo.

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    1. Un hecho muy importante, que para no crear alarma social no se informa, es el elevado número de suicidios que se están produciendo a consecuencia, en su mayoría, a las dificultades econòmicas que han e enfrentarse muchas familias y a las dificultades de encontrar un puesto de trabajo, con explotación y bajos sueldos.

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