Es obvio que la natación es un deporte completo para cualquier persona desde los primeros meses de vida, atendido los numerosos beneficios que aporta.
Su práctica se ha convertido en una actitud muy aconsejable, especialmente para niños y niñas con el Trastorno del Espectro Autista (TEA), puesto que supone una estimulación perfecta en su desarrollo psicomotor , al tiempo que favorece también su relajación y bienestar.
Otro aspecto muy importante es que las personas con autismo, se encuentran en en un entorno lúdico que les permite efectuar actividades acuáticas que les proporciona agradables sensaciones.
Un estudio publicado por American Journal Of Public Health ha demostrado que las personas con autismo corren tres veces más riesgo de morir por accidente, concretamente por asfixia o ahogamiento, que el promedio de la población, por lo que sus propios autores hayan reflexionado de enseñar a nadar a niños y niñas con este diagnóstico para eludir, en lo posible, esta realidad estadística.
" Saber nadar es la habilidad de supervivencia muy importante para las personas con autismo ", ha concluído Guohva Li, que ha dirigido la investigación.
Alrededor del 40 por ciento de las lesiones fatales entre las personas con autismo , tuvieron lugar en sus hogares familiares o en instituciones residenciales , y las causas más comunes fueron asfixia o ahogamiento.
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