Las olas de calor tienen considerable impacto en la salud física y mental de las personas. Las salas de urgencia de los hospitales suelen llenarse rápidamente de pacientes que sufren deshidratación, delirios y desmayos. El aumento de las temperaturas también acostumbran a gravar los síntomas de las personas con problemas de salud mental.
También existe una relación entre las altas temperaturas diarias y el suicidio y los intentos de suicidio, y a grandes rasgos, por cada grado de aumento de la temperatura media mensual, las muertes relacionadas con la salud mental, aumentan en un 2'2%, mientras que los picos de humedad relativa, también provocan un mayor número de suicidios.
La humedad y la temperatura se han relacionado causalmente con un aumento de los episodios maníacos en personas con trastorno bipolar, provocando daños importantes, que pueden dar lugar a la hospitalización por psicosis y a pensamientos de suicidio.
Existen sólidas pruebas que relacionan el calor extremo con el aumento de los delitos violentos. Una sustancia química del cerebro llamada serotonina que, entre otras cosas, mantiene los niveles de agresividad bajo control, resulta afectado también por las altas temperaturas.
Las olas de calor y los efectos que tienen en la salud mental de las personas, no dejan de ser un importante recordatorio de que, lo mejor que podemos hacer para ayudarnos a nosotros mismos y a las futuras generaciones, es actuar contra el cambio climático, inducido por la irresponsabilidad el hombre.
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