Sin corazón. Así fue repatriado hasta Albania un ciudadano de aquel país, que falleció en Barcelona, hace ahora dos años, poco después de ser reducido por los vigilantes de seguridad del Hospital del Mar.
El hombre, de 31 años de edad, que había venido a Barcelona para visitar a una hermana, en mayo de 2020, acudió al servicio de urgencias del Hospital de Mar al presentar síntomas relacionados con el Covid-19, si bien a pesar de dar negativo en las pruebas que le fueron realizadas, presentaba un aparente estado de nerviosismo, por lo que obligó al personal sanitario a dejarlo ingresado con tranquilizantes.
A la mañana siguiente, ante un episodio brusco de agitación, fue reducido por ocho vigilantes de seguridad del hospital, siéndole suministrado en aquel momento un medicamento antipsicótico, poco antes de sufrir una parada cardiorrespiratoria.
La autopsia descartó, como causa de la muerte, los golpes recibidos durante la contención, y resolvió que había perdido la vida a causa de la parada cardíaca, siendo posteriormente repatriado su cadáver a su país de origen, donde se le practicaría una segunda autopsia a petición de la familia, que denunciaban un presunto delito de homicidio imprudente. Sin embargo los médicos forenses se percataron de que el corazón del cadáver no se encontraba en su interior, y que consecuentemente les impedía determinar la causa de la muerte con precisión científica.
LA FAMILIA SOSPECHA DE UN POSIBLE TRÁFICO DE ÓRGANOS.
Ahora la Fiscalía de Tirana, en Albania, ha pedido a la Embajada española en el país, que intervenga ante el Estado para conseguir una respuesta. Reclaman el corazón del fallecido al no recibir ninguna respuesta por parte de España.
En este sentido, el ministerio público albanés, ha pedido realizar una prueba de ADN al corazón del difunto, que al parecer está depositado en Barcelona, tras ser extraído para la autopsia.
A pesar de ello, su familia sospecha que este corazón depositado en Barcelona, no corresponde a la víctima, al parecer un informe forense fecha el análisis el 22 de abril de 2020, días antes de la muerte del ciudadano albanés.
En este sentido, la familia habla de un posible tráfico de órganos, y exigen una respuesta por parte de las autoridades españolas.
" No sé si puede haber tráfico de órganos. Puedo decir que es comprensible que la familia imagine un posible tráfico de órganos o que en Albania se imagine esta posibilidad cuando no se da una prueba de ADN", ha explicado el abogado de la familia, que considera inapropiado el envío del cuerpo sin el corazón, y pide la reapertura del caso.
EL MINISTERIO DE JUSTICIA ASEGURA QUE LA PETICIÓN CORRESPONDE A LOS JUZGADOS.
Por su parte, fuentes del Ministerio de Justicia han explicado que la petición corresponde a los juzgados, y han subrayado que todas las diligencias y resoluciones dictadas por el Juzgado, han sido enviadas a Albania.
" Si de momento no se ha practicado la prueba del ADN, es porque el Juzgado ha entendido que no procede, y así se ha comunicado a Albania", detallan. "El ministerio sólo asume la función de dar trámite a la solicitud, sin ninguna competencia sobre su contenido".
Que cosas pasan en el mundo, pobres y dinero, posebilitan el táfico de organos. don dinero.
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