martes, 18 de septiembre de 2018

LA "MILI" DE LOS ADINERADOS EN ESPAÑA.

 En el año 1879, se podía eludir el Servicio Militar por 2.000 pesetas. Era una práctica tan antigua como injusta, y así ha quedado documentado en el Arxiu Municipal del Districte de Sant Andreu, en Barcelona.




Aunque las Constituciones y las leyes de reclutaminto, como la del año 1837, enunciaban un Servicio Militar obligatorio, la realidad es que no se cumplió. Hasta la última Guerra Carlista (1872-1876), las provincias vascas estuvieron exentas de las quintas, y se permitía la redención en metálico del servicio, es decir, que el llamado a filas pagase a un sustituto, lo que suponía que los ricos liberaran a sus hijos de la "mili". Había incluso compañías de seguros, algunas de ellas vinculadas a políticos,que ofrecían a las familias una póliza para pagar a uno de estos desdichados para que sustituyeran a su hijo.

La Ley de 1912, aprobada por el gobierno de José Canalejas, mantuvo el soldado de cuota, que si bien no eximía del servicio, permitía la reducción de permanencia en el ejército. Canalejas justificó de esta manera la extensión del Servicio Militar, que entonces tenía una duración de tres años, a todas las clases sociales. "Lo creemos una gran escuela de disciplina legal, de civismo, de respeto a la legalidad y de amor al derecho".

El soldado de cuota duró hasta el año 1936. La verdadera universalización del Servicio Militar en España la realizó el franquismo, mediante la ley de 1940, que suprimía  las cuotas y otras muchas exenciones. Para los estudiantes universitarios se implantó la Milicia Universitaria, que les permitía cumplir el Servicio Militar como sargentos o alféreces de complemento.







Curiosamente, la Ley Orgánica de 1980 que regulaba los criterios básicos de la defensa nacional y la organización militar, recogió el caracter obligatorio del Servicio Militar, pero sólo para los varones. Y aunque la Constitución ordenaba que no hubiera discriminación alguna por sexo, las mujeres quedaban expresamente excluídas. Sin embargo las feministas no protestaron por ello.

En las elecciones generales del año 1986, el CDS, el partido político de Adolfo Suárez propuso la reducción del Servicio Militar en tres meses, por lo que en el año 1992 pasó a tener una duración de nueve meses. Posteriormente el Partido Popular (PP) de José María Aznar, que se había presentado a las elecciones generales en marzo de 1996, con un programa para reducir el tiempo de Servicio Militar a seis meses, y aumentar hasta 70.000 el número de soldados profesionales, tuvo que pactar con  Jordi Pujol, de Convergència i Unió (CiU) para formar gobierno, e incluyó la abolición del Servicio Militar.

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