La tradicional " mona" de Pascua, es un postre muy variado que tiene un origen bastante antiguo relacionado con el cristianismo. Su denominación procede del árabe "munna", que significa " Provisión de la boca".
Este postre se consume coincidiendo con el final de la Cuaresma, un periodo en que, tradicionalmente, se practicaba el ayuno y la abstinencia de determinados alimentos.
La tradición establecía que el padrino del bautizo o el abuelo, regalaban a su ahijado o nieto, una coca como símbolo de protección, y llevaba tantos huevos duros como años tenía el niño, y la edad máxima para recibirla, estaba establecida en 12 años.
La entrega de la "mona" se realizaba el Domingo de Resurrección, después de la celebración de la eucaristía, a pesar de que actualmente no siempre se va a misa, y el Lunes de Pascua se reunían todos para comerla. Una vez efectuada la Primera Comunión, se dejaba de recibir la "mona".
Si bien el principal ingrediente protagonista de la "mona" de Pascua es el chocolate, las primeras que se confeccionaron en Catalunya y Aragón, así como en otras regiones españolas, fueron trabajadas con masa de pan común, para posteriormente pasar a la masa de bizcocho y huevos duros, símbolo de la fertilidad en el mundo pagano. Más tarde se añadiría el chocolate, que entró en Europa procedente de América, por Barcelona.
A finales del siglo XIX apareció en Francia la costumbre de confeccionar piezas de chocolate en forma de huevo.
Las "monas" actuales presentan una gran diversidad de figuras y formas, a pesar de que antes eran redondas, y confeccionadas con masa de coca con azúcar y otras golosinas, como huevos duros encima, y con el paso de los años, los huevos duros se transformaron en huevos de chocolate, que finalmente constituyen la base de la "mona".
Actualmente en Catalunya, la tradición de los huevos de Pascua y la "mona", sigue siendo muy viva, y muchos ahijados acuden a casa de sus padrinos el Lunes de Pascua -- festivo en Catalunya -- para buscar su "mona" tal y como se ha venido haciendo las generaciones en el transcurso de los años, si bien actualmente ya no existe límite de edad en los niños o niñas, para recibir la "mona".
La pandemia del Covid-19 ya impidió, el pasado año y en el actual, con la existencia de las restricciones establecidas para intentar evitar los contagios, que las reuniones familiares resulten muy limitadas a la burbuja formada por las personas que habitan en un mismo hogar, por lo que no ha sido posible reunir los entornos familiares más habituales para compartir, conjuntamente, el consumo de este tradicional y apetecido postre.
A la nostra família sempre s’ha celebrat la mona, el dilluns tots reunits a casa, degustàvem la mona. Mai n’he pagat a cap fiol. Si les de casa. Generoses, sempre clàssiques de mantega, amb un ou de xocolata .
ResponderEliminarLes últimes durant varis anys eren de Camprodon, boníssimes, fèiem estada a Llanars, a on tenim un apartament llogat, des de fa uns deu anys, hi em passat llargues estades, ara però es difícil per a mi, doncs no tinc la facilitats dels topalls com a casa. Enguany per Setmana Santa no hi ha pujat ningú. Tota la família n’ha gaudit. Una hora llarga ens hi posem. Tinc un arbre d’on carrego forces, és enorme, esta a la vera de la Riera de Feitus, sempre baixa aigua, hi ha una petita resclosa, a on els nens juguen de peus a l’aigua, els escolto embovat, santa innocència, allà solo llegir una estoneta cada dia, un petit però suficient paradís.
La pandèmia ens ho ha tragi versat tot, inclosa la mona. I l’estada a Llanars. Res ha set igual amb aquets malt bitxo rondant per a tot.
Bona mona, aquest anys amb conformaré amb les teves.
Josep
Bons records del passat, Josep. Jo recordo que, de petit,per a aquestes dates rebia, per correu, un sobre, i a dins un bitllet de paper de 50 pessetes, que em feia arribar el meu padrí " Mingo", casat amb una germana del meu pare, a Llagostera (Girona). Feia molta il.lussió, i compravem la "mona" que menjavem el Dilluns de Pasqua a casa.
EliminarAcaben d'explicar-me per e-mail un acudit dolent. Uns turistes l'any passat van venir a Barcelona i van quedar sorpresos amb aixó de menjar "mona" el Dilluns de Pasqua, de manera que en dinar en un restaurant, de postres van demanar "mona". Els hi van portar adornat amb un parell d'ous de xocolata, com acostuma a ser. Aleshores l'home va dir: "Nosotros hemos pedido mona, y esto es un mico porque lleva huevos". No hi ha obligació de riuere, per suposat.