lunes, 3 de mayo de 2021

LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA EN SANT BOI DE LLOBREGAT. ( 1808 - 1814)


 Los episodios de la Guerra de la Independencia, en Sant Boi de Llobregat ( 1808 - 1814 ) están ampliamente documentados en el libro del Cronista  Oficial de la Villa,  Carles Martí i Vila, editado por la Biblioteca Popular y publicados anteriormente en la revista local "Vida Samboyana",  desde el mes de junio de 1958 hasta enero de 1959.

En recuerdo de aquellos tristes episodios, referiré algunos de los más importantes, como el acontecido el día 9 de junio de 1808 cuando las tropas francesas aparecieron a la otra margen del río Llobregat, donde fueron recibidos con  disparos de fusil  y algunos cañonazos, mientras las campanas  de la iglesia parroquial tocaban a somatén.

El intercambio de disparos de fuego duró todo el día, y el incidente más notable registrado fue la destrucción de la barca utilizada para cruzar el río, y al amanecer del día siguiente, un numeroso grupo del ejército francés cruzó el río Llobregat por diversos puntos, encontrándose las calles del pueblo  cerradas con barricadas, pero el enemigo se abrió paso, lanzando granadas en los puntos de resistencia, agujereando una de ellas el techo de la iglesia parroquial que  provocó en su interior un pequeño incendio.

Presa de pánico, los habitantes del municipio  empezaron a abandonar la población para huir a las masías  de montaña,  y a las poblaciones de Sant Climent de Llobregat y Begues, pero antes de darse por vencidos y dejarlo todo en manos del enemigo, los más atrevidos o los más temerarios,  se enfrentaron furiosamente a ellos cuerpo a cuerpo, consiguiendo solamente aumentar el número de muertos por ambas partes.

A las nueve horas de la mañana, los franceses se habían adueñado del municipio y vaciado el vino de las bodegas de las casas, que en su mayoría habían resultado saqueadas durante la ausencia de sus habitantes,  y solamente tres o cuatro se libraron de las brutalidades sufridas. Más de cincuenta fueron incendiadas, entre ellas Can Torrents, Can Barraquer, Can Parés, la Rectoría, el Castillo, el Convento de Padres Servitas y la iglesia parroquial, en cuyo interior amontonaron los bancos y las maderas de algunos altares y prendieron fuego, que  afortunadamente no se propagó a todo el edificio debido a sus grandes dimensiones. Las imágenes religiosas fueron troceadas, los ornamentos de hierro arrojados al suelo y las Sagradas Formas pisoteadas. Un auténtico tesoro de ropa blanca y la plata de la sacristía, desaparecida, salvándose solamente del saqueo , que fue atribuido a un milagro, las reliquias de Sant Baldiri, que eran las primeras que tenían que haber hallado.

Dieciocho personas, quince hombres y tres mujeres, fueron muertas por los franceses en aquella trágica fecha.

Una mujer anciana, que estuvo toda la mañana asomada a la ventana, profiriendo gritos de traidores, ladrones, canallas, y no callaba por mucho que la amenazaran, resultó más tarde muerta de un disparo, según explicó un sastre llamado Gabriel Rovira, que estaba en lo alto de un tejado, y percatándose de que todos los defensores habían abandonado el municipio, y que era imposible continuar en la resistencia, se escondió  en el interior de una cavidad que tenía hecho a propósito  a mitad de la profundidad del pozo de su casa , y allí esperó pacientemente a que transcurrieran las intermibales horas de los saqueos.

Sin embargo, donde se produjo el terrible ensañamiento de las tropas francesas, fue en casa de Gaspar Valls. Posiblemente porque tenía en su interior  un hijo suyo, herido de los combates del día anterior o por el temor de haberse destacado en los preparativos de la defensa del municipio, no se apresuró a abrir la puerta cuando llamaron. 


Pusieron la mesa con abundante comida para cuando se sentaran los soldados franceses a comer, considerando que de esta manera evitarían mejor las iras del enemigo, pero al franquear la puerta de entrada el propio Gaspar Valls, lo mataron de un disparo. Su misma suerte corrió su hijo herido, y las mujeres hechas prisioneras  junto con  un carretero  de construir carros y un hombre anciano de Cal Font, que fueron liberados a los pocos días. 

En el Ayuntamiento, reventaron y vaciaron el arca de las tres llaves, y se llevaron la vara  del alcalde. El archivo Parroquial sufrió también graves daños.

2 comentarios:

  1. No hay guerra que no sea impulsada por la avaricia, la codicia de poder y de enriquecimiento de mentes turbias, a costa siempre de la sangre del pueblo, que como borregos siguen las ordenes de quien se beneficia desde la retaguardia, mandando a la muerte a su pueblo, para enriquecerse desde un cómodo aposento alejado del frente. Si el pueblo no aceptara servir a quien deberia servir al pueblo, no existirian guerras, ni reinos ni gobernantes corruptos. El pueblo debe aprender a ser soberano y no dejarse manejar por nadie que busque poder.

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  2. Se quedo algun soldado frances a vivir en el pueblo terminada la guerra? Por ejemplo un soldado llamado Blanchart??

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