En la manifestación anticlerical del mes de julio de 1910, en Barcelona, participaron diez mil mujeres reivindicando que la Iglesia dejara de discriminar a la mujer, para que una monja pudiera celebrar misa, ser obispo o Papa, y que de esta manera empezara a predicar con el ejemplo, porque entendían que todos eran iguales de los ojos de Dios, y mientras continuaba siendo el apoyo responsable moral de las vejaciones y malos tratos sufridos por las mujeres.
Las Dames Vermelles nacieron en Barcelona en el año 1908, vinculadas al radicalismo, tomando ejemplo de otras asociaciones femeninas laicas existentes en Barcelona, como la Societat Progressiva Femenina, fundada por Àngels López de Ayala.
Las Dames Vermelles tenían su sede principal en la Casa del Poble, y disponían de filiales en los barrios obreros de la ciudad. Sus asociadas eran mayoritariamente obreras analfabetas y sus actividades estuvieron marcadas por un notable y acentuado anticlericalismo. Sus excesos, en este sentido, provocaron que una parte de ellas, procedentes de la clase media y provistas de un superior nivel educativo, se separaran, para crear el grupo Damas Radicales, que estuvieron más preocupadas por la educación laica.
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