Tener un animal de compañía , aporta muchísimas ventajas en la vida cotidiana de las personas. Entre otras, ayuda a combatir la depresión, la baja autoestima y ofrecen muchísima compañía. Consecuentemente resulta muy enriquecedor tener a uno de estos animales en nuestros hogares.
En España existen numerosos animales adoptados que pertenecen al sector poblacional de la tercera edad. Diversos estudios demuestran que los beneficios que tiene para las personas mayores, compartiendo su vida cotidiana con una mascota, son numerosos y notables. Según un informe de la International Federation on Ageing (IFA), cuidar, atender y proteger a un animal, ayuda considerablemente a mejorar la autoestima, mantienen un estado de ánimo positivo y, lo más importante, ayuda a redimir los sentimientos de soledad que acostumbra a sufrir, en general, una parte importante de la población.
El sentimiento de soledad se considera uno de los principales motivos para adoptar animales de compañía. Y precisamente en estos últimos años se ha visto incrementado debido especialmente a este motivo.
Para muchas personas de la tercera edad, tener un gato o un perro es una solución y una tabla de salvación. Las obligaciones que conlleva tener un animal, consiguen que la persona que está al cargo de esta responsabilidad, permanezca continuamente entretenida, por lo que, los síntomas de soledad o aburrimiento, pueden atenuarse considerablemente.
Los animales suelen resultar muy eficaces contra la depresión, y aunque no es un método totalmente eficaz, atendido que depende de muchos factores, está probado que la labor de hacerse cargo de una mascota, posibilita que las personas se sientan entretenidas y acompañadas.
Tener un animal de compañía puede aportar también otros aspectos positivos, como la actividad. Sacar a pasearlos puede suponer una actividad diaria divertida y estimulante, que además permite trabajar la sociabilidad con otras personas y animales.
Doy fé de este razonamiento, yo tuve un infarto hace 6 años, y salir a pasear mi perrita por los campos y bosquecillos cercanos a mi domicilio, me sirvió para recuperar la confianza y peder el miedo a otro infarto, ya que cada vez me encontraba mejor fisicamente, caminando de 8 a 10 kms diarios. Por desgracia este domingo 18.10.20, víctima de una cáncer, falleció, dejándome un enorme hueco emocional. En su honor y gracias a ella, el habito de salir y estar fisicamente bien, me permitirá hacer salidas en bicicleta por esos campos y bosquecillos que recorriamos juntos. La seguiré sintiendo correteado a mi lado. Ese es el legado que me ha regalado mi perrita. Gracias Shiba por todos estos años a mi lado.
ResponderEliminarLamento profundamente el fallecimiento de tu perrita Shiba. Por experiencia propia comprendo perfectamente el vacío que ha dejado en vuestras vidas y lo mucho que supone emocionalmente su pérdida. He pasado por estas amargas experiencias, cuando por imperativos de edad, han fallecido mis anteriores perros. El último, "Bonic", próximo a cumplir los 18 años de edad, y a mi edad decidí que ya no era conveniente tener otro perro, pero mi hijo me vió tan abatido que, sin decirme nada, fue a la protectora del vecino municipio de l'Ametlla del Vallés y me trajo uno, ya con 6 años de edad, y con partida de bautizo: "Elvis. Ya hace dos años que es uno más de nuestra familia, como lo habían sido los anteriores, y desde el primer día, como si lo hubiéramos tenido siempre. La imagen de la tercera fotografia del post, todo un ejemplo de lo que supone para mí. Lástima que tengan una vida corta en años estos amigos caninos, nuestros mejores amigos.
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