viernes, 25 de noviembre de 2011

CENA ANUAL DE LOS ALUMNOS DE UNA PROMOCIÓN DE BACHILLERATO EN EL COLEGIO BALMES DE SANT BOI DE LLOBREGAT, CON SUS RESPECTIVAS ESPOSAS.

Este año escogimos el Hotel El Castell, de Sant Boi de Llobregat, para reunirnos en la cena anual con nuestras respectivas esposas.


Son cerca de las 02:00 horas de la madrugada y acabo de llegar a mi domicilio, junto con mi esposa, después de cenar, junto con los compañeros de una promoción de bachillerato de la escuela Balmes, de Sant Boi de Llobregat (década años cincuenta del siglo pasado), acompañados, en esta ocasión, de nuestras respectivas esposas.

Cada año efectuamos dos salidas. El primer sábado del mes de junio, lo hacemos nosotros solos. Solemos salir del punto de encuentro fijado de antemano y nos dirigimos a un determinado lugar. Alrededor de las 09:00 horas de la mañana desayunamos y luego efectuamos una visita cultural, hasta la hora de la comida en un municipio de Catalunya. Después de una buen ágape recordamos antiguos tiempos en animada sobremesa y a media tarde efectuamos el viaje de regreso.

Y el último viernes del mes de noviembre, nos volvemos a reunir. En esta ocasión acompañados de nuestras respectivas esposas. Lo hacemos en el transcurso de una cena, normalmente en un lugar próximo a nuestros respectivos domicilios.

Este año me ha correspondido a mi organizar este evento. Contraté la cena para 20 comensales en el Hotel "El Castell", de Sant Boi de Llobregat, y escogí un determinado menú pensando acertar en la calidad de los platos y vinos ofrecidos. No voy a entrar aquí y ahora en explicar los motivos de la decepción que nos hemos llevado todos los asistentes, pero si que terminada la cena y después de abonar su importe, hemos hecho llegar al "chef" del establecimiento nuestras quejas motivadas, que han sido comprendidas y nos ha pedido reiteradamente disculpas. Por nuestra parte, ya le hemos manifestado que jamás volveremos a repetir ningún evento en aquel establecimiento. Y por lo que a mi respecta, he sentido verdadera vergüenza ajena. En mi dilatada existencia, jamás me había visto involucrado en una situación tan desagradable como la de esta noche. Una muy desagradable experiencia que tardaré tiempo en olvidar.