martes, 26 de octubre de 2010

EN EL SERVICIO MILITAR,FUI DESTINADO A LA SEU D'URGELL (LLEIDA), POR CATALANISTA (AÑOS 1968-1969)



Nacido el 19 de enero de 1945 fui mozo de la quinta del año 1966 para el cumplimiento del Servicio Militar, y en el sorteo me correspondió la IV Región Militar, para incorporarme en el reemplazo del mes de setiembre de 1967 (Infantería). Tres meses de campamento en Sant Climent Sescebes (Girona) y, tras la jura de bandera, por sorteo, destinado en el lugar que pudiera corresponderme dentro del ámbito territorial de Cataluña.
En aquella época estaba muy implicado como vocal de Prensa y Propaganda del Patronato Local pro Rehabilitación Social del Enfermo Mental, en el Hospital Psiquiátrico Nuestra Señora de Montserrat, de Sant Boi de Llobregat, y trabajaba como contable en la empresa TYCE, S.L., al tiempo que ejercía como corresponsal de los rotativos barceloneses "Tele/eXpres" y "Diario de Barcelona".
El Hermano Francisco Sola, de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios y Superior del Hospital Psiquiátrico Nuestra Señora de Montserrat, con quien diariamente despachaba para redactar las noticias que debíamos enviar a los medios de comunicación social, en aquella época de plena efervescencia dimanante de las convivencias entre los enfermos mentales y la ciudadanía de Sant Boi de Llobregat, estaba preocupado por mi larga ausencia motivada por el cumplimiento de mis obligaciones militares. Al interesarse y conocer que, después de los tres meses de campamento, por sorteo, podía corresponderme un destino en cualquier punto de Cataluña que tuviera base militar, incluyendo nuestro propio municipio, atendido que en Sant Boi de Llobregat, y muy próximo a mi domicilio familiar, había el acuartelamiento de la Base y Talleres de Automovilismo de la IV Región Militar, me preguntó si me apetecería ser allí destinado, y de aquel modo poder seguir colaborando con el Patronato en mis horarios libres.
Al responderle afirmativamente, me puso en contacto con una religiosa de un convento de Barcelona para que le facilitara mi filiación y otros datos, para hacerlo llegar a un Teniente Coronel de Estado Mayor, en Madrid, que cuidaría de que mi destino, tras la jura de bandera, fuera en mi municipio.
Pero la realidad no fue así. Tras la jura de bandera resultó que fui destinado a la Agrupación de Cazadores de Montaña, "Arapiles, 62", de La Seu d'Urgell (Lleida), un cuartel ubicado en lo alto de una superficie montañosa en las proximidades de la inmensa mole del imponente macizo montañoso del Cadí, que permanecía nevado la mayor parte del año, y a 10 kilómetros de la frontera con el vecino país de Andorra.
Con el tiempo supe que era "un cuartel arrestado", porque en un conflicto bélico "había perdido la bandera", y que pertenecía al acuartelamiento "Juan de Austria", de la Legión.
No tardé demasiado tiempo en saber que, los soldados que eran destinados en aquel lugar, en su mayoría eran personas que tenían antecedentes por haber estado en la cárcel; por ser hijos de padres con responsabilidades de mando en el bando republicano durante la guerra civil española (1936 -1939 ) o por sus conocidas actividades contrarias al régimen impuesto por el general Franco.
Pocos días antes de licenciarnos, un buen compañero, con quien habíamos establecido una muy buena amistad, y que luego se prolongaría durante varios años después de licenciarnos, y que pertenecía al Servicio de Información Militar (S.I.M.), me hizo saber -- confidencialmente -- que, a los pocos días de nuestra llegada en aquel acuartelamiento, se recibieron los informes de los soldados incorporados, y en el mío figuraba, con gruesos caracteres escrito en lápiz color rojo, en diagonal, sobre el texto mecanografiado, la palabra "CATALANISTA". (Ver http://vencamp.blogspot.com/2010/09/el-11-de-septiembre-de-1964-fui.html)
Y por este motivo no fui destinado a Sant Boi de Llobregat, a muy pocos metros de mi domicilio familiar.

martes, 12 de octubre de 2010

CONSECUENCIAS DE COMPARAR A LA JUNTA DIRECTIVA DEL "ATENEO SAMBOYANO" CON LA PELÍCULA " LOS MISERABLES" (MARZO DE 1964)


Dice el refrán que "Unos tienen la fama, y otros cardan la lana". En la década de los años sesenta del siglo pasado se me atribuía, en los medios locales, fama de "follonero" porque acostumbraba a estar implicado en todos los "fregados" que se montaban en Sant Boi de Llobregat, municipio de mi residencia. Por aquel entonces escribía en los periódicos barceloneses "Tele/eXpres" y "Diario de Barcelona" como corresponsal en Sant Boi de Llobregat, Viladecans, Gavá, Castelldefels y Begues, y era colaborador de la revista local "Vida Samboyana", de publicación mensual.
LA NUEVA JUNTA DEL ATENEO SAMBOYANO: "LOS MISERABLES"
En aquella época, en la revista local "Vida Samboyana", colaboraba con un artículo y con la "Página del Humor". En esta página humorística incluía anécdotas graciosas, episodios divertidos, chistes y finalmente, una relación de los acontecimientos más notables habidos en el último mes en el municipio, comparado con títulos de películas.
El día 2 de febrero de 1964 se habían celebrado elecciones para designar a la nueva Junta Directiva del Ateneo Samboyano, resultando elegida la canditatura encabezada por el presidente Sr. Jaime Vilá Tous por 302 votos a favor contra los 253 votos conseguidos por la otra canditatura presentada por el Sr. Jaume Romagosa, y en el número 100 de la revista, correspondiente al mes de marzo de 1964, relacioné esta noticia, junto con otras, de la siguiente manera, comparada con títulos de películas:
La nueva Junta Directiva del Ateneo Samboyano........ "Los Miserables"
Y Díos la que se armó. Atendida mi condición de socio de la entidad, fui citado a comparecer ante la nueva Junta Directiva reunida exprofesamente a consecuencia de esta "gravísima imputación" al día siguiente de aparecer la revista, a las 22:00 horas, en la Sala de Juntas. Allí fui recibido con la frialdad que es de suponer y se me pidió explicaciones de los motivos por los cuales los había tratado de "miserables". Les expliqué que no se trataba de ningún menosprecio ni vejación, como era fácilmente de suponer al publicarse en un espacio humorístico, y que en anteriores ocasiones, otras instituciones locales habían sido también equiparadas con títulos de películas, sin que hasta entonces nadie hubiera manifestado su disgusto. Me pidieron una rectificación sin que ello pudiera influir en la posibilidad de expulsarme como socio de la entidad, condición que tenía desde diciembre de 1962. Les dije que no haría ninguna rectificación, porque nada tenía que rectificar, pero si una aclaración, por si alguien, con dos dedos de frente, no lo tuviera suficientemente claro. Este matiz terminó con sacarles de quicio, y me echaron de la sala muy exaltados.
En el número 101 de la revista, correspondiente al mes de abril de 1964, publiqué una ACLARACIÓN, en la sección de Cartas al Director, explicando que los motivos de aquella comparación se basaron en " Mi sana intención al componer tal colaboración se basó única y exclusivamente a fines puramente humorísticos; el título que encabezaba la colaboración ya lo especificaba, prueba de ello es que otras entidades y personas que en este aspecto salían idénticamente "perjudicadas", hicieron caso omiso del mismo, puesto que palpablemente conocían la finalidad con que iban dirigidas." Después de realizar otras valoraciones, acababa manifestando que " Públicamente me interesa dejar bien aclarado el hecho de que, dicha comparación, es obra exclusivamente mía, y que no actué bajo la influencia o en colaboración de una anónima segunda persona".
Por su parte, y con el título "De Redacción a Dirección", se publicó también una extensa carta, en el mismo espacio, en que, entre otras cosas se decía que "... sin faltar a la verdad, podríamos decir que en la famosísima obra de Víctor Hugo, vertida en la pantalla en numerosas ocasiones, "los miserables" son ensalzados y casi glorificados y que por lo tanto la comparación no debiera ser tomada como insultante." Más abajo reconocen "Pero en honor a la verdad debemos reconocer con tristeza que insertamos la colaboración de Juan Vendrell Campmany, sin fijarnos lo que decían una por una las comparaciones, confiando en la aparente inofensividad global del trabajo, como humorístico que pretendía ser. Por lo tanto, debemos reconocer que somos culpables de descuido, puesto que lo que procedía era tachar el parrafito sin dudar un momento. En consecuencia te rogamos que, en nuestro nombre, presentes nuestras excusas a la Junta Directiva del Ateneo Samboyano a la que no tuvimos en absoluto intención de ofender al permitir la publicación del parrafito de marras, como queremos creer que no la tuvo, al escribirlo, nuestro joven y un tanto agresivo colaborador". Terminaba reconociendo que "Creíamos merecer de la Junta Directiva del Ateneo Samboyano un margen de confianza, una aclaración amistosa, franca y leal y una comprensiva actitud. No ha sido así y no te ocultamos que nos sentimos dolidos y molestos. Confiamos que reconocerán haberse extralimitado en su indignación, en principio justa, y que este incidente quedará pronto olvidado. Nosotros ya hemos empezado a hacerlo".
Para finalizar diré que no fui expulsado de mi condición de socio del Ateneo Samboyano, lo cual me disgustó, puesto que, de haberlo sido por este motivo, hubiera tenido ocasión de lucirme con la insólita noticia en los periódicos de Barcelona. Posiblemente por valorar esta posibilidad, acordaron no expulsarme.