lunes, 14 de julio de 2014

VICENÇ ZENÓN I BIOSCA, UNA PERSONA QUE PERDURA EN EL RECUERDO.

U
Una imagen habitual. Vicenç Zenón de pié, con ropa de trabajo y el brazo derecho  extendido hacia la pared, en la puerta de su taller, en el número 5 de la Plaça de Catalunya de Sant Boi de Llobregat,  rodeado de personas del vecindario de edades distintas, con quienes mantenía siempre muy buenas relaciones.

Vicenç Zenón i Biosca (Freginals (Montsià) 1 de julio de 1913 - Sant Boi de Llobregat (Baix Llobregat) 3 de setiembre de 1990) fue una persona que perdura en el recuerdo de la mayoría de quienes tuvieron ocasión de conocerlo y de tratarlo.

Junto con sus padres y hermano, a los 13 años se trasladó  a Sant Boi de Llobregat, y después de asistir poco tiempo a la escuela, se puso a trabajar de aprendiz en un taller de bicicletas -- Cal Corrons -- en la Rambla. En 1934 entró en quintas, pasando voluntariamente al Cuerpo de Carabineros, y en la Guerra Civil española se mantuvo fiel al régimen republicano. En 1937 se casó con Francesca Planeses, y fruto de aquel matrimonio nacieron sus tres hijos, Pepita, Sisco y Gloria.

Acabada la contienda bélica, un día reparando y girando la rueda de una bicicleta, le vino en mente una luminosa  idea, que hizo realidad,  habida cuenta de la necesidad de dotar de electricidad a una masía de Sant Boi de Llobregat, haciendo posible que, aprovechando los mecanismos de los molinos de viento, experimentó con éxito la conexión de la rueda móvil de las aspas de una rueda de bicicleta,  mediante una cadena que permitía el movimiento de una dinamo, y ésta al girar por la fuerza del viento, producía un fluido de corriente eléctrica que permitía el funcionamiento de algunas bombillas de la casa.

En el número 5 de la Plaça de Catalunya de Sant Boi de Llobregat instaló un taller artesano donde empezó a fabricar bombas y motores de los utilizados para subir agua de los pozos, acequias y canales, y fruto de sus investigaciones registró y patentó las siglas GEMZ (Generadores Electromecánicos Zenón).

En 1948 mientras reparaba la bomba de un pozo,  sufrió un grave accidente  que le ocasionó importantes lesiones, que conllevó la amputación de  la pierna derecha.

A pesar de este gravísimo  percance, no dejó de trabajar en ningún momento,  y en el transcurso de casi medio siglo de profesión, sus aparatos se encuentran instalados en varias comarcas de Catalunya y  de Aragón, del País Valenciano, en las islas mallorquinas, en tierras de Castilla, Andalucía y en países allende nuestras fronteras, tales como Francia, Holanda, Venezuela y Cuba entre otros. 

Decía al inicio de estas líneas, que el recuerdo de Vicenç Zenón perdura en el recuerdo de la mayoría de las personas  que tuvieron ocasión de conocerlo y de tratarlo. Cuando en el transcurso de su trabajo se tomaba unos minutos de descanso y salía a respirar aire fresco en la puerta de su taller, no tardaba en verse acompañado de personas de todas las edades que acudían a saludarle, porque para todos y para cada uno,  tenía las palabras y el motivo de conversación adecuado.

De ello puedo dar fiel testimonio, por haberlo presenciado en muchas ocasiones y por haber mantenido también largas y amenas conversaciones con él,  de las que siempre aprendía alguna cosa que me era desconocida. Sus palabras eran siempre muy aleccionadoras, por lo que  resultaba muy gratificante compartir en su compañía aquellos momentos.

Vicenç Zenón fue una persona sencilla y muy humana,  que dejó profunda e  imborrable huella a su paso por esta terrenal existencia.



2 comentarios:

  1. Yo tuve la gran suerte de conocerle y disfrutar de su humor sutil y afable, lo recuerdo sentado en su taburete montando los mecanismos de los molinos bajo un foco y con sus muletas de madera a su lado.
    Recuerdo su Seat 1500 familiar blanco que había acondicionado para transportar sus herramientas y material de montaje.
    Formo parte de mi familia durante 3 años, ya que mi hermana festejaba con su hijo Sisco, de posible cuñado paso a ser amigo al igual que toda su familia.
    Que gran persona y que buenos recuerdos me dejo Vicenç Zenón, ahora sigo disfrutando de aquellas conversaciones con su hija Pepita, viva imagen y espíritu de su padre.

    ResponderEliminar
  2. Cierto Carlos. Comparto contigo el convencimiento de que Pepita encarna la viva imagen y espíritu de su padre.

    ResponderEliminar