Un descanso en el camino. Urbanización El Montanyà, junto a la verja de la finca de Johan CruyffFrente a la puerta de acceso del Hotel El Montanyà
Entrada al refugio del que fuera Campo de Aviación de Rosanes.
Joan Vendrell, en su improvisado papel de "cicerone", explicando la historia del Campo de Aviación de Rosanes
Señalizando unos edificios próximos a este espacio, que tuvieron una función determinada durante la Guerra Civil española.
(Fotos: Antoni Peñalver)
Finalmente, una buena comida en el restaurante "El Castell del Brull", con unas vistas impresionantes del macizo del Montseny.
(Fotos: Antoni Peñalver)
Siguiendo una tradición iniciada en su día, los compañeros de una promoción de bachillerato del Colegio Balmes, de Sant Boi de Llobregat (Barcelona) , que en su día, emulando una publicidad de la empresa "PHILIPS", se atribuyeron el "slogan" de "Mejores no hay", anteponiendo a ello el 3º (Curso de bachillerato que estaban cursando en el año 1958), han celebrado en el día de hoy su 13ª jornada de convivencia.
En esta ocasión acudieron Antoni Bellver Pérez, Joan Jordana Ollé, Robert Montguillot Farrés, Jesús Palomero Montes, Antoni Peñalver Coma, Jaume Pujadas Rosich, Joaquim Ramos Miranda, César Revenga López y Joan Vendrell Campmany.
A las 8:00 horas de la mañana salieron de Sant Boi de Llobregat para dirigirse a La Garriga, donde tomaron un abundante desayuno en un establecimiento de hostelería situado en el número 13 de la Carretera de Vic, degustando unas tablas de variados y sabrosos embutidos, acompañados de unas tostadas de pan de payés untadas con ajo y tomate y regado con un buen vino de la Rioja.
Seguidamente se dirigieron al vecino municipio de Llerona, para visitar el Campo de Aviación de Rosanes, y donde Joan Vendrell, convertido en improvisado "cicerone" explicó que a principios de los años treinta del siglo pasado, un empresario argentino afincado en Barcelona y apasionado por la aviación, adquirió unos terrenos y construyó, en Rosanes, entre La Garriga y l'Ametlla del Vallés, un campo de aviación particular. Tenía el avión más veloz de Catalunya en aquel momento, y construyó un complejo de lujo, con un chalet racionalista que, en el año 1934, se convirtió en el modelo a imitar por la Generalitat de Catalunya para su red de aeródromos . El de Rosanes es el único que se conserva en el día de hoy.
Seguidamente se dirigieron al vecino municipio de Llerona, para visitar el Campo de Aviación de Rosanes, y donde Joan Vendrell, convertido en improvisado "cicerone" explicó que a principios de los años treinta del siglo pasado, un empresario argentino afincado en Barcelona y apasionado por la aviación, adquirió unos terrenos y construyó, en Rosanes, entre La Garriga y l'Ametlla del Vallés, un campo de aviación particular. Tenía el avión más veloz de Catalunya en aquel momento, y construyó un complejo de lujo, con un chalet racionalista que, en el año 1934, se convirtió en el modelo a imitar por la Generalitat de Catalunya para su red de aeródromos . El de Rosanes es el único que se conserva en el día de hoy.
En el año 1937, cuando las necesidades de la guerra civil española asediaban la República, se hicieron con este espacio y lo ampliaron para convertirlo en aeródromo de guerra. Entre 1937 y 1938 se adecuó este nuevo aeródromo de Rosanes, incluyendo el término municipal de Llerona a Les Franqueses del Vallés, que desempeñó un papel muy importante en los frentes bélicos del Segre y del Ebro, y más tarde en la defensa aérea de Barcelona.
El Campo de Aviación de Rosanes conserva la zona y las infraestructuras que lo convirtieron, durante aquellos años, en un espacio de actividad frenética, con los refugios, la torre de control, los edificios de mando, el comedor, la garita de vigilancia, el hangar, el chalet racionalista, etc., todo ello rodeado de un entorno y unos paisajes ciertamente maravillosos.
Luego se dirigieron al municipio de El Brull, situado en pleno macizo del Montseny, que es un pueblo rural con un extenso término municipal, pero con un núcleo urbano de pequeñas dimensiones, con un número muy importante de masías, que se dedicaban antiguamente a la agricultura y la ganadería.
Cruzando la urbanización El Muntanyà hicieron una pequeña parada frente a la finca de Johan Cruyff, y más adelante, frente al Hotel El Muntanyà. Finalmente llegaron al restaurante "El Castell del Brull", donde en una mesa dispuesta en uno de sus amplios comedores con una impresionante panorámica en que se divisa el Parque Natural del Montseny, degustaron las excelencias gastronómicas de aquel prestigioso establecimiento.
Como en anteriores ocasiones, resultó un día memorable, en espera del próximo año por repetir la jornada de convivencia visitando otros lugares y otros espacios de nuestro entorno geográfico.
Como en anteriores ocasiones, resultó un día memorable, en espera del próximo año por repetir la jornada de convivencia visitando otros lugares y otros espacios de nuestro entorno geográfico.
Hola, si es possible m´agradaria conentar amb Jesus Palomero
ResponderEliminarMontes. Soc en Jordi Palau, i el telf es 616.431.711
Gracies i SALUT