Estación de RENFE de Cornellá de Llobregat, a finales del siglo XIX.
Pocos después de que el Dr. Antonio Pujadas y Mayans inagurara el Instituto Manicómico de San Baudilio de Llobregat, publicó un Prospecto y Reglamento de aquel establecimiento y, en su primera página informaba que " Para trasladarse al Instituto Manicómico, se puede tomar el ferro-carril del Centro hasta Cornellá; y desde allí en el primer tren , y en el de las tres de la tarde se puede ir en una tartana, que se encuentra en la estación: de este modo en poco menos de 30 minutos se hace el viaje..." (1)
Los viajeros procedentes de Barcelona, podían utilizar este servicio de tartana entre la estación de RENFE de Cornellá de Llobregat hasta el vecino municipio de San Baudilio de Llobregat. Sin embargo parece ser que, durante aquel periodo (2) se registraron algunos accidentes que sembraron el pánico entre los usuarios de aquel servicio, según se desprende de una noticia aparecida en el periódico barcelonés "La Vanguardia", en su crónica local.
"Poco faltó para que ayer mañana se lamentase una desgracia, que hubiera podido tener funestísimas consecuencias. Recordarán nuestros lectores que tiempo atrás, al pasar el puente sobre el Llobregat la tartana que hace el servicio entre la estación de Cornellá y San Baudilio, volcó el carruaje cayendo en el álveo del rio, de resultas de lo cual quadaron muertos dos ó tres pasajeros, hecho que se atribuyó á las malas condiciones del caballo. Pues bien; ayer mañana el mismo animal que por lo visto y aunque parezca increíble continua tirando del vehículo, al llegar al terraplén que forma uno de los estribos del puente se encabritó y volcó el carruaje, que cayó en el alud del terraplén, ocasionando el mayor susto a los pasajeros.
Si esto hubiese sucedido pocos pasos más adelante, probablemente hubiéramos tenido que registrar la segunda edición del siniestro de que antes hemos hablado y en el mismo sitio que ocurrió el año anterior. Creemos que ya con ó sin fundamento se susurra que el caballo en cuestión está atacado de lo que se llama " el vértigo ", y que á ello se atribuyó la primera desgracia, debería pensarse seriamente en hacer entender á su dueño que es una barbaridad que no se ha de consentir el exponer las vidas de los transeuntes á los caprichos ó accidentes de una bestia, antes que una nueva desgracia lleve el luto al seno de otras familias.
La autoridad local de San Baudilio y en todo caso el señor Gobernador civil de la provincia, deberían tomar cartas en el asunto para prevenir las desgracias que de otra suerte podrían sobrevenir gracias á la codicia del arriero" (3)
(1) Prospecto y Reglamento del Instituto Manicómico de San Baudilio de Llobregat. Barcelona. 1857
(2) Posiblemente aquel servicio debió disminuir cuando el 29 de diciembre de 1912 se inauguró el "carrilet", ferrocarril de vía estrecha que, procedente de Barcelona, llegaba directamente a San Baudilio de Llobregat.
(3) "La Vanguardia", jueves, 24 de marzo de 1881. Página 2
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