Estación de La Garriga, donde llegaron, procedentes de Vic, las niñas de la Beneficencia escolar.
En la segunda quincena del mes de agosto de 1913 llegaban a la Garriga, procedentes de Vic, un grupo de 25 niñas de la colonia que la Beneficencia Escolar forma todos los años, escogidas de entre las alumnas enfermizas y débiles del Centro Educativo y de las aprendizas de la Escuela de Oficios que mantiene aquella institución en Barcelona, para permanecer durante 30 días en el sanatorio que la Junta de Beneficencia tiene en la zona boscosa de Casa Rectoret.
De ello se hizo amplio eco el matutino barcelonés "La Vanguardia", que reproduzo a continuación.
"Ayer en el tren de Vich de las 9'35, salió para La Garriga la colonia de niñas que la Beneficencia Escolar forma todos los años, escogidas de las alumnas enfermizas y débiles del Centro Educativo de las aprendizas de la escuela de Oficios que sostiene dicha entidad en la Granvia Diagonal.
Antes de llevarlas al campo, las han preparado con 30 baños de mar, haciéndolas vivir en la playa cuatro horas diarias, y ejercitándolas en la gimnasia sueca durante su estancia allí, dirigidas por el profesor Mr. Langlois du Feu y el doctor Mascareñas, quien, con celo digno de elogio visita semanalmente á las niñas del Centro y las cuida gratuitamente.
De las 34 niñas que formaban la colonia marítima, 25 han sido elegidas para ir á la casa sanatorio que la Junta de Beneficencia tiene en los bosques de La Garriga, "Casa Rectoret", en donde viven 30 días en pleno bosque y hacen gimnasia sueca á la sombra de los pinos.
La asistencia benéfica de estas niñas es esmerada y tan completa, que las cuentas de leche del mes de julio asciende a pesetas 234 y á 125 las de farmacia, por reconstituyentes, medicinas y otros medicamentos.
Es sensible que esta obra se vea restringida por falta de recursos, pues el gasto es insostenible y el fin que se propone la Beneficencia Escolar es tan grande como provechoso á la clase obrera y á la clase media. El centro educativo costea la pensión de tres alumnas pobres y cuida d vestirlas y de educarlas, dándoles el oficio de modista, todo gratuitos.
Mayor sería el número de educandas y de pensionistas gratuitas, si el Centro Educativo tuviese un local más amplio y capaz, pero la carencia de recursos para adquirir un local adecuado restringe la obra hasta que Dios quiera reparar un apoyo á la Beneficencia Escolar, para desarrollar todo su plan benéfico educativo" (1)
(1) La Vanguardia. Martes, 19 de agosto de 1913. Pág. 2
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