El Memorial Democràtic y l'Ajuntament de Barcelona, recuerdan los republicanos ejectuados entre 1939 y 1952. (Foto: Ajuntament de Barcelona)
El Camp de la Bota, donde décadas más tarde se construyó el polémico Fòrum de les Cultures, tiene el dudoso honor de ser uno de los puntos más destacados de la geografía de la represión franquista, donde un mínimo de 1717 republicanos fueron vilmente ejecutados al término de la Guerra Civil española, entre 1939 y 1952.
En en el día hoy, domingo 27 de noviembre de 2016, el Memorial Democràtic y l'Ajuntament de Barcelona han organizado un acto de homenaje con el objeto de desinstitucionalizar la desmemoria.
El acto de homenaje y conmemoración , que ha contado con la colaboración de l'Associació Pro Memòria als Immmolats de Catalunya, ha finalizado con una ofrenda floral en recuerdo de las víctimas y el "Cant dels Ocells" de fondo.
1717 REPUBLICANOS EJECUTADOS
En el transcurso de los primeros años de la postguerra, no eran precisamente las campanas que despertaban cada mañana a mossèn Pere Ribot, vicario de la parroquia de Sant Adrià de Besòs. A las 07:00 horas de la mañana, el fuego de los piquetes de fusilamiento despertaban con sobresalto al religioso. Poco después, los tiros de gracia con que se les ramataba, añadían la información macabra de conocer la identidad de las personas que habían sido ejecutadas aquel día.
El testimonio lo recogió el periodista Josep María Huerta Clavería, en un artículo a L'Avenç. Entre 1939 y 1953, más de mil setecientas personas, que son las que se tienen documentadas, fueron ejecutadas por el delito de haber combatido en defensa del gobierno legítimo de la República y enfrentarse a Franco.
Para el historiador Joan Corbalán " ser madre, hijo o hermano de los fusilados, era muy duro. Muchas familias lo perdieron todo, casa y negocio. En una sociedad tan tradicional, perder además el cabeza de familia, era un golpe muy duro, y si además, era de los vencido, todavía peor". Corbalán considera que los homenajes a las familias son necesarios, " pero han de incluir también el reconocimiento al sufrimiento de sus familiares".
DE LA CARCEL DE LA MODELO AL FOSSAR DE LA PEDRERA
El último trayecto vital de los condenados, no podía ser más cruel. Cuando Franco recibía la sentencia del Consejo de Guerra que condenaba a muerte a una persona detenida, si no ejercía el derecho de gracia, daba lo que se decía el "enterado", es decir, darse por enterado de la condena, y consecuentemente facilitarla.
En la noche anterior a la ejecución, se comunicaba a la persona detenida su destino. Y la familia no conocía nada hasta que , cuando se personaba a la cárcel para interesarse por él, le comunicaban friamente la noticia de su muerte.
Desde la cárcel Modelo de Barcelona, las personas detenidas que tenían que ser fusiladas, eran trasladadas, atados, al Camp de la Bota, y una vez ejecutados eran arrojados y amontonados como vil mercancía, en la caja de un camión, para ser trasladados al Fossar de la Pedrera, en Montjuic, para ser enterrados en fosas comunes.
EDUARDO BARRIOBERO, EL PRIMER EJECUTADO.
El 14 de febrero de 1939 es la fatídica fecha del inicio de las ejecucions en el Camp de la Bota.Todavía no se habían cumplido tres semanas de la entrada de las tropas franquistas a la ciudad de Barcelona en que el primer fusilado fue Eduardo Barriobero, que era un republicano federal español, que militaba en la CNT y actuó como defensor de los activistas obreros en numerosas causas judiciales Su alineación con García Oliver y otros dirigentes libertarios en el transcurso de la guerra, le proyectó una imagen de radical que precisamente en nada le favoreció cuando fue detenido por los franquistas.
Casi todas las víctimas fueron hombres. La única excepción documentada es la de once víctimas procedentes de la cárcel de mujeres de Les Corts. La primera mujer fusilada el 18 de abril de 1939, fue Carme Claramunt, de Roda de Berà, que de joven se había trasladado a Barcelona. Era militante d'Esquerra Republicana de Catalunya y si bien no tuvo ninguna actuación política destacada, al parecer, como en tantas y en tantísimas otras muchas causas, fue víctima de una denuncia de vecindario. De esta manera, tan olímpicamente, se decidían los destinos de las personas en aquellos tiempos.
Los últimos fusilamientos en el Camp de la Bota, coincidieron cuando faltaban pocos meses para que Barcelona acogiera el Congreso Eucarístico, y el espectáculo de los piquetes en la playa del Camp de la Bota empezaba a tener un preocupante coste para la imagen ya suficientemente degradada del régimen de la España de Franco. Sin embargo, las ejecuciones, fuera ya del Camp de la Bota , continuaron durante toda la dictadura. Los últimos fusilamientos del franquismo tuvieron lugar en setiembre de 1975, solamente dos meses antes de la muerte del dictador.
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