Del "Diario de Barcelona", edición del sábado, 30 de enero de 1960. Página 29.
Hace unos años, ordenando recortes de periódico, encontré uno del "Diario de Barcelona" que me trasladó, por unos momentos, al recuerdo de unos años de mi niñez cuando, con mi madre, acudíamos periódicamente a Barcelona para visitar a mi abuela materna, utilizando el autobús que cubría la línea Viladecans - Barcelona, con parada en el "Gatonegro", en la carretera C-245 de Barcelona a Santa Creu de Calafell, ( 1) y para cruzar el puente sobre el río Llobregat, los pasajeros tenían que bajar del autobús y cruzarlo a pie.
A finales de la década de los años cincuenta del pasado siglo, el estado de conservación de aquel puente, era tan preocupante que se temía la posibilidad de hundimiento con el paso de cualquier vehículo con determinada carga. En consecuencia, pocos metros antes de cruzar el puente, el autobús efectuaba una parada para que, todos los pasajeros, a excepción del conductor, se apearan y cruzaran a pie el referido puente, y al llegar al otro extremo, subían nuevamente al autobús, que previamente lo había cruzado sin pasajeros.
Este escena había sido objeto de todo tipo de comentarios jocosos, y el dibujante y pintor Francesc Vila, artísticamente conocido por Cesc, lo plasmó muy acertadamente, en uno de sus espacios humorísticos en "Diario de Barcelona", con un marine americano que en aquella época atracaban con cierta frecuencia sus buques en el puerto de Barcelona y visitaban la ciudad y sus alrededores con su inseparable cámara fotográfica para la obtención de imágenes para el recuerdo, fotografiando a los pacientes y sufridos pasajeros del autobús cruzando a pie por el maltrecho puente sobre el río Llobregat.
(1) Habitualmente utilizábamos los Ferrocarriles Catalanes (Carrilet), que cubrían el trayecto Sant Boi de Llobregat - Barcelona (Plaça d'Espanya), pero en ocasiones también lo hacíamos en autobús.
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