martes, 12 de octubre de 2010

CONSECUENCIAS DE COMPARAR A LA JUNTA DIRECTIVA DEL "ATENEO SAMBOYANO" CON LA PELÍCULA " LOS MISERABLES" (MARZO DE 1964)


Dice el refrán que "Unos tienen la fama, y otros cardan la lana". En la década de los años sesenta del siglo pasado se me atribuía, en los medios locales, fama de "follonero" porque acostumbraba a estar implicado en todos los "fregados" que se montaban en Sant Boi de Llobregat, municipio de mi residencia. Por aquel entonces escribía en los periódicos barceloneses "Tele/eXpres" y "Diario de Barcelona" como corresponsal en Sant Boi de Llobregat, Viladecans, Gavá, Castelldefels y Begues, y era colaborador de la revista local "Vida Samboyana", de publicación mensual.
LA NUEVA JUNTA DEL ATENEO SAMBOYANO: "LOS MISERABLES"
En aquella época, en la revista local "Vida Samboyana", colaboraba con un artículo y con la "Página del Humor". En esta página humorística incluía anécdotas graciosas, episodios divertidos, chistes y finalmente, una relación de los acontecimientos más notables habidos en el último mes en el municipio, comparado con títulos de películas.
El día 2 de febrero de 1964 se habían celebrado elecciones para designar a la nueva Junta Directiva del Ateneo Samboyano, resultando elegida la canditatura encabezada por el presidente Sr. Jaime Vilá Tous por 302 votos a favor contra los 253 votos conseguidos por la otra canditatura presentada por el Sr. Jaume Romagosa, y en el número 100 de la revista, correspondiente al mes de marzo de 1964, relacioné esta noticia, junto con otras, de la siguiente manera, comparada con títulos de películas:
La nueva Junta Directiva del Ateneo Samboyano........ "Los Miserables"
Y Díos la que se armó. Atendida mi condición de socio de la entidad, fui citado a comparecer ante la nueva Junta Directiva reunida exprofesamente a consecuencia de esta "gravísima imputación" al día siguiente de aparecer la revista, a las 22:00 horas, en la Sala de Juntas. Allí fui recibido con la frialdad que es de suponer y se me pidió explicaciones de los motivos por los cuales los había tratado de "miserables". Les expliqué que no se trataba de ningún menosprecio ni vejación, como era fácilmente de suponer al publicarse en un espacio humorístico, y que en anteriores ocasiones, otras instituciones locales habían sido también equiparadas con títulos de películas, sin que hasta entonces nadie hubiera manifestado su disgusto. Me pidieron una rectificación sin que ello pudiera influir en la posibilidad de expulsarme como socio de la entidad, condición que tenía desde diciembre de 1962. Les dije que no haría ninguna rectificación, porque nada tenía que rectificar, pero si una aclaración, por si alguien, con dos dedos de frente, no lo tuviera suficientemente claro. Este matiz terminó con sacarles de quicio, y me echaron de la sala muy exaltados.
En el número 101 de la revista, correspondiente al mes de abril de 1964, publiqué una ACLARACIÓN, en la sección de Cartas al Director, explicando que los motivos de aquella comparación se basaron en " Mi sana intención al componer tal colaboración se basó única y exclusivamente a fines puramente humorísticos; el título que encabezaba la colaboración ya lo especificaba, prueba de ello es que otras entidades y personas que en este aspecto salían idénticamente "perjudicadas", hicieron caso omiso del mismo, puesto que palpablemente conocían la finalidad con que iban dirigidas." Después de realizar otras valoraciones, acababa manifestando que " Públicamente me interesa dejar bien aclarado el hecho de que, dicha comparación, es obra exclusivamente mía, y que no actué bajo la influencia o en colaboración de una anónima segunda persona".
Por su parte, y con el título "De Redacción a Dirección", se publicó también una extensa carta, en el mismo espacio, en que, entre otras cosas se decía que "... sin faltar a la verdad, podríamos decir que en la famosísima obra de Víctor Hugo, vertida en la pantalla en numerosas ocasiones, "los miserables" son ensalzados y casi glorificados y que por lo tanto la comparación no debiera ser tomada como insultante." Más abajo reconocen "Pero en honor a la verdad debemos reconocer con tristeza que insertamos la colaboración de Juan Vendrell Campmany, sin fijarnos lo que decían una por una las comparaciones, confiando en la aparente inofensividad global del trabajo, como humorístico que pretendía ser. Por lo tanto, debemos reconocer que somos culpables de descuido, puesto que lo que procedía era tachar el parrafito sin dudar un momento. En consecuencia te rogamos que, en nuestro nombre, presentes nuestras excusas a la Junta Directiva del Ateneo Samboyano a la que no tuvimos en absoluto intención de ofender al permitir la publicación del parrafito de marras, como queremos creer que no la tuvo, al escribirlo, nuestro joven y un tanto agresivo colaborador". Terminaba reconociendo que "Creíamos merecer de la Junta Directiva del Ateneo Samboyano un margen de confianza, una aclaración amistosa, franca y leal y una comprensiva actitud. No ha sido así y no te ocultamos que nos sentimos dolidos y molestos. Confiamos que reconocerán haberse extralimitado en su indignación, en principio justa, y que este incidente quedará pronto olvidado. Nosotros ya hemos empezado a hacerlo".
Para finalizar diré que no fui expulsado de mi condición de socio del Ateneo Samboyano, lo cual me disgustó, puesto que, de haberlo sido por este motivo, hubiera tenido ocasión de lucirme con la insólita noticia en los periódicos de Barcelona. Posiblemente por valorar esta posibilidad, acordaron no expulsarme.

3 comentarios:

  1. Ay mi Dios, yo creo que nunca vieron la película y menos leyeron el libro!
    Lo que hubiera cambiado el curso de las cosas.
    Tienes un humor increíble!
    Y eres y serás siempre muy guapo!

    Y que vivan felices los miserables... si es que viven... jajaja...

    Besitos mi buen amigo del alma.

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  2. Creo Joan que esta gente tenían muy poco sentido del humor. Y tropezaron contigo, que siempre lo has tenido.

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  3. A menudo y en este caso queda demostrado, que no contamos hasta diez, a la hora de hacer las cosas. Esta gente les pudo más la indignación, que la razón.Sin duda,quedaron como unos prepotentesde la época.

    Muy graciosa la redacción, me he reído mucho.

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