jueves, 1 de septiembre de 2016

EL SANTUARIO DE SANTA MARIA DE PUIGGRACIÓS.

 El Santuario de Santa Maria de Puiggraciós.
 Antigua capilla de la Verge de Puiggraciós (Siglo XV)
 Antigua imagen de Nuestra Señora de Puiggraciós.
 Santa María de Puiggraciós. (Foto: Pepita Zenón)

El Obispo de la Diócesis de Terrassa, Monseñor Josep Angel Sainz Meneses, con la comunidad de
Monjas Benedictinas del Santuario de Santa María de Puiggraciós.



El Santuario de Santa María de Puiggraciós  está situado en el contrafuerte oriental de los Cingles de Bertí, en término municipal de Figaró-Montmany, comarca del Vallés Oriental.

Fue edificado entre los años 1701 y 1711, en un lugar muy próximo donde, según la tradición, fue hallada la imagen de la Virgen.

La devoción a la Verge de Puiggraciós se remonta a finales del siglo XIV y principios del XV en la parroquia de Sant Pau de Montmany, cuando surge entre los lugareños,  la leyenda del hallazgo de la Mare de Déu de Puiggraciós y se construye la imagen gótica de la Virgen. Las primeras procesiones se inician desde la iglesia de Sant Pau de Montmany hasta la cima del Puiggraciós, donde a mediados del siglo XV se construyó una pequeña capilla a la Virgen.

No será,sin embargo, hasta el año 1698 que se concedió la administración de Sant Pau de Montmany sobre Santa María de Puiggraciós.

La historia del Santuario de Santa María de Puiggraciós tiene sus inicios con la petición del párroco de la parroquia de Montmany, mossèn Vicenç Torrellebreta, que le pide al obispo de Barcelona, en la visita pastoral del año 1698, la concesión de un Altar Mayor para la advocación de la Mare de Déu de Puiggraciós, que fue otorgada el 26 de junio de 1701 cuando la firmó  Rafael Xammar i Derrocada, de l'Ametlla del Vallés, ostentando, entre otros cargos, visitador general de la diócesis de Barcelona, siendo abierta al culto el 3 de setiembre de 1711 y siendo también sede, entre los años 1910 y 1936, de la Parroquia de Montmany. 

En los primeros días de la Guerra Civil española, en 1936, el santuario fue profanado, sufriendo serios destrozos y desapareciendo un retablo barroco del año 1777. La imagen de la Virgen fue salvada por la decisiva actuación de los vecinos, permaneciendo escondida en diversos lugares.

Entre los años 1951 y 1955 el Santuario fue restaurado  por el arquitecto Lluís Bonet i Garí a petición del párroco de l'Ametlla del Vallés, mossén Jesús Ventura, y bendecido en el año 1953.

En el año 1973 se instalaron en el Santuario un grupo de religiosas procedentes de la comunidad  de Sant Pere de les Puel.les de Barcelona. Desde entonces, esta pequeña comunidad de monjas benedictinas aglutina las devociones a la Verge de Puiggraciós,   manteniendo  una presencia constante al Santuario, de acogida y plegaria.

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