Hace unos meses, circulando por la carretera de Matadepera a Talamanca, en la soledad de unos parajes boscosos bellísimos, me sorprendió observar, a pie de carretera, las ruínas de lo que aparentemente podía haber sido un monumento, y lo atribuí a un posible acto vandálico de los que, desgraciadamente, estoy acostumbrados a presenciar. Sin embargo, me quedé con la curiosidad de conocer la naturaleza de aquella derruída construcción. Y en el día de hoy he tenido ocasión de conocer su historia, que transcribo a continuación.
El pasado día 2 de diciembre de 2011 se procedió a derribar, en la carretera de Talamanca "uno de los últimos símbolos en memoria de los caídos, erigido en plena dictadura franquista. El monumento se hizo en memoria de siete industriales y un notario de Terrassa, asesinados durante la Guerra Civil por un pelotón anarquista de la FAI. Lo más sorprendente es que el derribo se ha hecho por iniciativa de los mismos herederos de las víctimas.
"Nosotros fuimos víctimas realmente, pero también en el otro bando hubo víctimas" y "no queremos que esto sea un instrumento aún de venganza o de insultos de una ideología a otra", argumentan los hermanos Joaquin y Oriol Badía, hijos del notario ejecutado el 24 de julio de 1936, sólo seis días después del alzamiento militar del general Franco.
Joaquín Badía tenía sólo 8 años cuando unos milicianos de la FAI se llevaron de su casa a su padre, el notario de Terrassa. "Yo soy ya de los pocos o únicos supervivientes de aquella tragedia. Pero yo lo recuerdo, lo tengo terriblemente grabado, como si lo viera con detalle, como si estuviera en una película permamentemente", explica.
Cuando se lo llevaron, el padre de Joaquín y Oriol Badía explicó a los milicianos que él no era industrial, y cual era la causa por la que se me llevaban, ya que no tenía ninguna fábrica. Pero sí que tenía una capilla familiar que había inaugurado sólo dos meses antes. "Nuestro padre dijo: Si es por eso, sí, yo soy católico creyente", apuntó uno de los hermanos.
La capilla, que había sido inaugurada en mayo de 1936, cuando nada presagiaba que el 18 de julio habría un levantamiento militar, fue la razón por la que se le asesinó y allí es donde acabó siendo enterrado.
Sin embargo, el cuerpo del notario Badía fue encontrado en la carretera de Talamanca, junto con el de los siete industriales de más peso político y económico de Terrassa.
Unos ciclistas que venían de la Barata llevaron la noticia de que en los alrededores de la fuenta de la Olla habían visto un gran número de hombres muertos, los cuales estaban en medio de la carretera.
Este fue uno de los primeros asesinatos colectivos de la zona republicana. Y, al final de la Guerra Civil, el bando franquista les dedicó un monumento a pie de carretera, con una frase polémica que los identificaba como "víctimas del marxismo".
Los herederos señalan que "aquello, realmente, era desafortunado" y por eso la hicieron sacar.
No obstante, el monumento ha sido objeto de múltiples atentados desde finales del franquismo. Por ello, finalmente, pidieron que fuera derribado para evitar que continuara siendo fuente de polémica y enfrentamientos"
PROCEDENCIA:
Pienso que, después del derribo de aquella construcción, debía de procederse, de inmediato, a sanear aquel emplazamiento de los cascotes y resíduos generados, que suponen una agresión medioambiental en una zona pintoresca y boscosa a pie de carretera.
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