domingo, 2 de octubre de 2016

IMÁGENES DE AYER: EL SERVICIO DE RECOGIDA DE BASURA DOMICILIARIAS. ( AÑOS 1950 )

 El servicio de recogida domiciliaria de basuras, en la década de los años 50 del siglo pasado, en Barcelona (Foto: Josep Cortinas)

En las fechas anteriores a las navidades, el basurero pasaba por las casas entregando estos tarjetones para felicitar la Navidad, y era  recompensado con un aguinaldo.


Cuando en el año 1953 me trasladé con mis padres a vivir en el barrio de Gracia, en Barcelona, descubrí una imagen que hasta aquel momento era inédita para mi. El servicio de recogida de basuras.

El empleado del servicio, provisto de un carro especialmente diseñado, tirado por un caballo, y provisto de  un capazo, se paraba en un determinado lugar de la vía pública y hacía sonar una trompeta que llevaba consigo. Entonces aparecían las vecinas -- curiosamente siempre eran mujeres, mayoritariamente las sirvientas de las casas -- las que bajaban con un cubo donde se habían depositado los deshechos de la cocina. El basurero las tomaba y vaciaba en su capazo. Cuando lo tenía lleno, se lo subía a la cabeza, escalaba por las barras radiales de la rueda del carro y lo vaciaba en su interior. Y así iba avanzando en el recorrido que tenía asignado.

Cuando se avecinaban las fiestas de Navidad, en horarios fuera de servicio pasaba por las casas donde prestaba servicio y les deseaba unas felices fiestas al tiempo que les entregaba una tarjeta de felicitación, y era recompensado con un aguinaldo.

EN SANT BOI DE LLOBREGAT 

Cuando con 8 años de edad fuimos a vivir en Barcelona, jamás había oído hablar de basuras en casa de mis padres, en Sant Boi de Llobregat, por la sencilla razón de que no tirábamos nada de los desechos que podían producirse, atendido que:

Los restos vegetales, como hojas de col, de lechugas, tomates, etc., se las comían las gallinas de nuestro gallinero. Pieles de patatas, de frutas, etc., lo tirábamos en el estercolero (femer), que teníamos en un espacio al final del huerto, y que junto con las cenizas del brasero, la limpieza del gallinero, etc., se acumulaba en aquel espacio y en su  debido tiempo servía para abonar la tierra del huerto.

La leche la íbamos a comprar con una lechera de aluminio, a Ca la Carme de la Llet, una vaquería situada muy cerca de nuestro domicilio.

El aceite lo comprábamos en un colmado, llevando nosotros un envase de vidrio, de un litro de capacidad, con tapón de corcho. Se vendía a granel.

El iogourt, recuerdo que era de cristal,  de la casa Danone. Se tenía que llevar el envase vacío.

Las cervezas, las gaseosas, el sifón o el agua de Vichy. Se tenían que devolver los envases, y si no se tenían,  los cobraban.

Los papeles, los metíamos en un saco, y cuando estaba lleno los vendíamos al trapero, que cada día con su carro pasaba por las calles del publo.

Las pieles de los conejos que sacrificábamos para consumo propio los domingos. Pasaba un señor con un saco en la espalda y las compraba. Recuerdo todavía el precio: 5 ó 10 céntimos, según las características de la piel.

Los animales muertos por enfermedad ú otros motivos,  no comestibles, (animales de corral, perros, gatos, etc).  Se enterraban en los huertos o bien se tiraban en los descampados o torrentes (Torrent d'en Roses ) actual Plaça de Catalunya.

Mayoritariamente  en Sant Boi, en aquella época, las viviendas  estaban establecidos en las plantas bajas de los edificios, y era habitual que en sus patios tuvieran gallinas y  conejos en su mayoría; patos y palomas una buena parte de ellos, y cerdo, para consumo propio, algunos.

En aquella época no habían bebidas  refrescantes envasadas en latas de aluminio. Apenas se conocían los plásticos y los trastos viejos, se tiraban en cualquier descampado o se guardaban,  los de madera para la hoguera de la víspera de San Juan. También se tiraban en descampados envases de vidrio (botellas de coñac vacías, etc.). Las de cava  -- entonces champán -- las compraba el trapero. En los descampados, que los había por doquier en el exterior del núcleo urbano, había tirado  de todo.

En definitiva, no se generaban resíduos que tuvieran que tirarse " a la basura", como decimos ahora. De ahí mi sopresa cuando nos mudamos a Barcelona. Un servicio que desconocía: la recogida domiciliaria de basuras domésticas.

6 comentarios:

  1. A pagès d’on soc fill jo no passava l’escombriaire, si teníem animals i tot s’apilava el femer, a les hores únic adob per el camp, junt amb la mesquita.

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  2. Així era Josep. Avui dia, fas la compra en el Super i tornas a casa carregat com un ase. Però resulta que, cada dies, generes gran quantitat de deixalles, en la seva major part, pel volum dels envasos de llexiu, detergents, begudes, llaunes i un llarg etcètera. I ja no parlem dels plàstics. Així ens estem carregant el planeta Terra.

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  3. En primer lugar hay que agradecer a las personas que realizan este trabajo, es muy duro e ingrato, sin ellos sería imposible vivir con salubridad, para muestra los días que hacen huelga para reclamar unas condiciones salariales dignas, la ciudades quedan colapsadas y mal olientas.

    Cierto es que antes se reciclaba menos...pero esque había menos de todo. Hoy por hoy hay más controles y garantías sanitarias. Leche, carnes y un largo etc.. son menos buenas en calidad, pero todos más o menos tenemos acceso a su compra e ingesta, antes solo pollo, conejo o cerdo.

    Hemos mejorado en muchas cosas, pero a un precio algo caro con el medioambiente.

    Joan hemos tenido la suerte de vivir en pueblos en los que podíamos tener nuestro huerto y animales, pero piensa en la pobre gente de las ciudades....les era imposible...por eso la figura del RECOGEDOR DE BASURA es tan importante y poco reconocida.

    Desde aqui y aprovechando tu blog...GRACIAS SR. BASURERO por su sacrificado trabajo.

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  4. Hoy en día, Carlos, con los camiones de recogida de basuras domiciliarias diseñados con los últimos adelantos de la técnica moderna y con la carga automática de los contenedores, puede decirse que el personal de servicio podría ir de etiqueta para realizar el servicio, incluso en algunas unidades, el conductpor, sin moverse de la cabina de conducción, puede cargar y vaciar el contenedor, pero antes no era así. Yo recuerdo, en Barcelona, en aquella época que, en ocasiones,el basurero mientras subía por los ejes radiales de la rueda del carro, con el capàzo en su cabeza para vaciarlo en su interior, se le derramaban jugos por las mejillas. Era un trabajo muy ingrato y sucio. A Dios gracias, todo ha cambiado con el paso de los años.

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  5. jo sí que recordo que l'escombriaire passava pel carrer i tocava una otòfon i la gent li lliurava la galleda de zinc de les escombraries, encara que les restes de verdures etc sempre eren per als conills i gallines que teníem al terrat de casa meva, per cert l'escombriaire vivia a la Plaça de l'Església enfront del Centre Parroquial, al costat de jo he viscut.

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    1. Recordo perfectament la figura d'aquest escombriaire, que com bé dius, vivia front el Centre Parroquial. Era primet i caminava una mica coix si no recordo malament. ¡Quins bells records!.

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